domingo, 26 de junio de 2011

Laura Palmés (1954-2011)

Todavía me dura el escalofrío que ha recorrido toda mi columna vertebral cuando me he enterado de la muerte de Laura Palmés: tres minutos largos ya desde que lo he leído hasta que he abierto el ordenador y me he puesto a escribir.

La carne de gallina se resiste a desaparecer porque, aunque hacía muchos años que Laura estaba malita, que acabe ocurriendo lo inevitable es algo siempre muy difícil de asimilar.

Conocí a Laura, allá por 1971 en el monasterio de Sant Cugat del Vallès, en las aulas que la entonces recién nacida facultad de Periodismo había habilitado para nuestros estudios mientras acababan de construir en Bellaterra su emplazamiento definitivo, en las dependencias de la Universitat Autónoma de Barcelona.

Periodismo se acababa de convertir en carrera universitaria y pertenecíamos a la primera promoción: con Silvia Atienza, Asumpta Sòria, Maria Eulàlia Massana, Ramón Colom, Jordi Palarea, José Luis Erviti, José Luis Gómez Mompart o José Manuel Pérez Tornero entre tantos otros...

Éramos apenas cincuenta adolescentes que escuchaban boquiabiertos, hace ya cuarenta años, las magistrales lecciones de Román Gubern, Manuel Vázquez Montalbán, Josep Maria Cadena, Josep Pernau, José Luis Martínez Albertos, Mar Fontcuberta, Miquel de Moragas, Josep Maria Badia...

Recuerdo a Laura y su contagiosa vitalidad en aquellos irrepetibles años. Cuando finalizamos la carrera continuamos viéndonos porque los dos estuvimos trabajando durante bastante tiempo en Televisión Española. Conversar con Laura siempre era interesante y enriquecedor, y nunca faltaban esos guiños cómplices que te hacían sentir cómodo en su compañía.

Antes de cumplir los cuarenta le diagnosticaron la terrible enfermedad: esclerosis múltiple. La seguí desde entonces en silencio y a distancia: su novela "Darrera les palmeres" que Edicions 62 publicó a mitad de los noventa, sus premiadísimos reportajes, sus escasas apariciones públicas y entrevistas en medios, su personaje en "Mar Adentro" interpretado por Belén Rueda...

Hoy me entero de su muerte y me dispongo a hacer un largo receso en señal de luto por alguien a quien tuve la fortuna de conocer en unos años deslumbrantes y con quien compartí momentos políticos, académicos, intelectuales y periodísticos que nos marcaron para siempre a todos los que pasamos cinco años de posfranquismo sentados en los pupitres de las mismas aulas universitarias. 

Un tiempo repleto de vigor, de vida plena en una época que yo creo nos definió a todos los que componíamos aquel grupo y que nos marcó y nos unió ya para siempre. Unos años repletos de esa vida que este jueves se le escapó a Laura y por quien, antes de dedicarle en la soledad de mi hogar sevillano un largo rato de recuerdo en silencio, quiero brindar con mis mejores deseos mientras me voy enjugando unas lágrimas que ni puedo ni quiero evitar.

Un beso enorme, querida Laura

J.T.

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