domingo, 25 de septiembre de 2011

¡¡Alarma!! Los censores salen del armario

Los once miembros del impresentable consejo de administración de radiotelevisión española, junto al "venerable" Alberto Oliart, cuando éste era director general del ente y aún no se había pepetrado, con su puesto ya vacante, el intento de censura de la semana pasada
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En la higiénica desconexión de la que disfruto estos días de vacaciones ha surgido un asunto que me obliga a entrar al trapo porque me ha disparado la bilirrubina.

Se trata del intento de los consejeros de radiotelevisión española de meter mano en los informativos del ente público, de controlar la escaleta reclamando el acceso a "inews", el programa informático con el que trabajan los editores, los periodistas, los realizadores y los presentadores de los telediarios.

He cribado con el cedazo del escepticismo toda la información que he leído, escuchado y repasado... y no entiendo el temple de gaitas con el que se ha dado cuenta de este asunto en la mayoría de las informaciones ni tampoco la flacidez de buena parte de los editoriales escritos a propósito de este despropósito.

Vamos a ver, señores

Querer meter mano en los informativos de la televisión pública, no ya desde el gobierno, sino desde el consejo de administración donde entre sus miembros hay representantes de partidos y sindicatos, es la mayor bajeza a la que se puede llegar.

No hay que darle más vueltas. Punto

Hasta las dictaduras, cuando perpetran felonías de este calibre, intentan disimularlo.

El amago de los consejeros del pp y ciu que votaron a favor de la censura, y la sospechosísima torpeza de los representantes de psoe, ezquerra republicana de Catalunya y comisiones obreras que con su abstención favorecieron que la propuesta saliera adelante (sólo Izquierda Unida y UGT se manifestaron en contra) hace pensar que todo lo que está pasando es mucho más grave de lo que nos creemos.

Como en esta discusión los consejeros de las televisiones públicas consigan avanzar un solo milímetro en detrimento de la libertad de los profesionales, la habremos cagado para siempre. Literalmente. Porque cuando se cede terreno, recuperarlo es siempre mucho más difícil. A veces, y con el panorama que se avecina, prácticamente imposible.

Aquí no hay término medio

El que intenta algo así (y quien lo propicia con su abstención) debe desaparecer inmediatamente del panorama político y mediático

Por salud mental

Por salud democrática

Porque se trata de un derecho innegociable

De momento, y después de echarse atrás cuando se dieron cuenta que los habían pillao con el carrito del helao, que yo sepa sólo ha dimitido uno, el consejero de Comisiones Obreras. ¡Es que manda cojones!.

J.T.

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