martes, 30 de abril de 2013

Por qué no faltaré a la manifestación este Primero de Mayo

Estoy en la gasolinera pagando en caja. ¿Me abre para cinco euros? escucho. Será una moto, pienso. No, es un opel corsa, compruebo. Cada vez son más los que vienen con el dinero contado para la gasolina que calculan gastar en el recado que tienen que hacer, me cuenta la persona que cobra.

Me paro en el quiosco a por el periódico. ¿Me da dos cigarros? escucho a mi lado. ¿Te compran tabaco suelto? le pregunto al quiosquero. Vendo más suelto que en paquetes, me dice.

Me paso por el puesto de la carne, en el mercado. En la cola, las cuatro personas que estaban antes que yo compran pollo, cerdo, croquetas... Voy a dejar de traer filetes, chuletones y entrecots, me comenta el carnicero.

Quedo con unos amigos el viernes por la noche. Antes decíamos quedamos para cenar. Ahora decimos nos vemos y tomamos una tapitas. 7-8 euros por cabeza, diez como máximo. Y punto.

Copas nocturnas en el pub habitual. Antes cada fin de semana, ahora... de vez en cuando: cervezas, tintos de verano y riojas. O directamente coca cola light. Cubatas, gintonics o güisquis? Menos, pero que muchos menos, nos confirma la chica de la barra.

Llamamos a una pareja de amigos, estamos aquí debajo de vuestra casa. Os esperamos en el bar de otras veces y tomamos un café. No, mejor subid vosotros. Llevan tiempo sin salir porque lo están pasando mal económicamente, me dice la persona que me acompaña.

Voy al cine, película de estreno, sábado tarde. Los cuento: 23 espectadores.

Salgo a mi hora de caminata diaria, llego hasta la playa, veo un restaurante: menú del día, cinco euros. ¿La mitad que el año pasado?, les pregunto. Es que ni así entra mucha gente, me contestan. Y no queremos cerrar.

Paso por una oenegé que se dedica a vender ropa de segunda mano. Llena.

Rastro benéfico de mi barrio. Tenéis menos muebles que antes, comento. La gente se desprende cada vez de menos cosas, me dice el encargado.

Hablo con unos amigos cuyo hijo empieza la universidad el año que viene, ¿vacaciones? este año ese dinero va a ser para la matrícula en la facultad.

Me tomo una caña en el bar de la esquina. Yo antes tenía un bar, me dice el camarero, con dos personas más en una zona de oficinas. Cuando empezaron a cerrar los negocios me quedé solo en el bar. Luego tuve que cerrar, menos mal que he encontrado esto después de casi un año sin trabajo.

Llamo a unos amigos jubilados para visitarlos en su casa de la ciudad. No vengas, nos hemos ido a la casa de la playa. Ni la vendemos ni podemos con la hipoteca, ahora vale la tercera parte, así que hemos puesto en venta la casa de la ciudad, también por la mitad de lo que nos costó a ver si por lo menos podemos pagar lo que debemos aquí. Tampoco está mal vivir todo el año en la playa.

Pregunto por sus hijos a una pareja que llevaba algún tiempo sin ver. El mayor está en Copenhague, sobreviviendo, y la pequeña acabó arquitectura, sigue en casa y se está pagando un máster con lo que saca trabajando en el mcdonalds.

Me encuentro con un amigo, padre de dos niños pequeños, que llevaba unos tres años separado. He vuelto, a casa, tío. Mi mujer y yo hemos aplicado mentalidad práctica. Tampoco nos llevábamos tan mal...

Hablo con una antigua compañera de trabajo. ¿Tu madre qué tal? La hemos sacado de la residencia y la tenemos de nuevo en casa. Desde que mi  marido se quedó también en paro, los novecientos euros que tiene ella de paga nos vienen fenomenal para aguantar.

Decididamente, este primero de mayo no puedo faltar a la manifestación. ¿Y tú?

J.T.
Publicado también en la sección de "Opinión" de publico.es

lunes, 29 de abril de 2013

Historias tristes de la valla de Melilla


Sus ojos eran verdes y su sangre muy rojo chillón. Maneras de mirar como la suya, educadamente desafiantes, no se olvidan fácilmente. Hamed tenía 24 años, venía de Costa de Marfil y en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Melilla estaban curándole las muchas heridas que trufaban su cuerpo color chocolate. Se las había ganado mientras conseguía superar los obstáculos de la doble valla que separa Marruecos de la ciudad autónoma. Un compañero murió en el intento y a los que capturaron los metieron en autobuses y los dejaron en la frontera argelina, en pleno desierto. 

Como le sucedía a todos los que habían conseguido entrar ese día en Melilla y que ahora estaban siendo atendidos en el CETI, el anonimato de Hamed era su salvoconducto. Sin documentación ni identidad, no podían deportarlo, pero aún así me hizo creer que confiaba en mí. Me contó que había llegado desde su país unos siete meses antes, a comienzos del año 2005, hasta el  Gurugú y desde aquel monte marroquí, con cientos de esperanzados seres humanos que tenían los mismos objetivos que él, oteaba Melilla cada atardecer igual que Moisés, miles de años antes desde el monte Nebot, dirigía su mirada hacia aquella Tierra Prometida que nunca conseguiría pisar. Pero Hamed sí. A costa de su sangre muy rojo chillón, pero lo consiguió.

Apenas un año antes había concluido en Abidjan sus estudios de perito mercantil, condición previa e indispensable para que su padre le permitiera después hacer lo que quisiera con su vida. Y lo que quiso hacer fue coger el hatillo, su determinación y su vehemencia y poner toda su energía al servicio de la búsqueda de su particular tierra prometida. Porque Hamed era musculoso, fibroso, proporcionado... superviviente.

- Hasta aquí llegamos solo los más fuertes, me dijo. Muchos deciden abandonar a mitad del camino porque enferman o porque no resisten los contratiempos del día a día, que son muchos. 

Esa vez, incluso habiendo llegado uno de ellos encontró la muerte a diez  metros escasos de su sueño. 
Durante aquellos días del verano de 2005 en los que estuve en Melilla cubriendo la información para CNN+, fui a ver a Hamed al CETI varias veces, a pesar del empeño que los responsables del centro ponían en evitarlo. Hablé bastante con él mientras se iba recuperando, y también con otros compañeros suyos de esa aventura que unos habían comenzado en Guinea Ecuatorial y otros en Malí, Camerún o Senegal.

Siete años y medio después de aquello, con las leyes mucho más endurecidas que entonces y la economía española prácticamente en bancarrrota, compatriotas suyos siguen jugándose la vida para pasar a este lado de África convencidos de que, puestos a elegir incertidumbres, continúan prefiriendo las nuestras. Les da igual que en las oficinas del paro de Melilla haya inscritas 10.500 personas, el 31, 76% de la población activa. O que en Andalucía, el trozo de tierra de presunta promisión que tienen más cerca cuando cruzan el charco, ese porcentaje llegue hasta el 36,87%, lo que significa 1.473.700 personas viendo a ver qué puñetas hacen con su vida.

Pude seguirle la pista a Hamed hasta que en El Ejido consiguió una bicicleta, un chaleco reflectante y un jornal de 50 escasos euros el día que encontraba trabajo en algún invernadero. Ahí, muy a mi pesar, dejé de saber de él. Deseo sinceramente que haya prosperado y que no se encuentre entre los más de doscientos mil extranjeros que, según las estadísticas y visto lo visto, han recogido sus bártulos y se han marchado de nuestro país con la música a otra parte.

Tanto si ha prosperado como si no, me atrevo a pensar que lo que ahora le diría Hamed a quienes saltaron la valla el pasado jueves y descansan en el CETI tras haber sido protegidos por Mustafa Aberchan, el médico musulmán líder del partido Coalición por Melilla que el verano de 1999 fue efímero y polémico presidente de la Ciudad... lo que Hamed diría a sus compatriotas, con su educada pero desafiante mirada verde y sus cicatrices ya endurecidas, yo creo que sería esto:

- Amigos, nos vendieron una moto infumable. Aquí no solo no atan los perros con longaniza sino que, de seguir las cosas como van, igual pronto lo que no quedan son ni perros.

J.T.

viernes, 26 de abril de 2013

No saben cómo salir del atolladero


Aquellos crueles viernes de los primeros meses de este gobierno, aquellos en los que nos fueron propinando despiadados zarpazos a los derechos, al bolsillo y a las esperanzas de futuro, recuerdo que me dejaban un estado de cabreo que me duraba mínimo todo el fin de semana. No me gusta la penitencia. Mucho menos los viernes de penitencia, y aquellas primerizas y agresivas ruedas de prensa de este peculiar trío de la bencina que conforma Soraya S. de S. flanqueada por Montoro y de Guindos eran penitencia pura. Este viernes, después de un breve tiempo sin machacarnos, han vuelto a la carga. 

- Dividirse el trabajo es bueno, ha dicho Soraya cuando les ha pasado a sus alopécicos colegas el marrón de explicar lo decidido en el Consejo de Ministros. 

A las dos menos cuarto, lo reconozco, yo me enfrenté a la temida retransmisión con la guardia bien levantada. Pero a medida que avanzaba la encriptada comparecencia ya no sabía si cabrearme como siempre o apostar directamente por la pena, por la condescendencia con quienes ya no son capaces de disimular que no se creen nada de lo que dicen. Nunca se han creído sus propias milongas pero es que ahora ya, además, se les nota y mucho. 

Aún así este viernes, lo reconozco, no he acabado tan cabreado como otros. Y creo que tengo la respuesta: estoy acojonado. Estos insensatos nos tienen tan en sus manos y eso parece tan inevitable que, por mero instinto de supervivencia tiendo a desear que acierten, que sea verdad algo de lo que nos dicen, eso de que en el fondo vamos a levantar cabeza o que por lo menos no nos vamos a hundir en la más irremisible de las miserias. Tiendo a "resignarme" con aquello del virgencita que me quede como estoy en lugar de concluir, como me aconseja la experiencia, que cuando ellos dicen 25 por ciento de paro en 2015, eso significa que igual es el 35. O el 40. 

Veo sus caras, observo sus muecas, me desespero con sus circunloquios pero los aguanto. Y deduzco: ni tienen la solución, ni la atisban, ni saben cómo demonios explicar lo que nos está pasando. Y claro, en vez de cabrearme con ellos como una mona voy y opto por la pena. Me da por imaginar que igual tienen ganas de salir corriendo y ni siquiera eso pueden hacer, los pobres. Hasta para dimitir puede que tengan que contar con la Merkel quien, para un gobierno títere que le queda con mayoría absoluta, no va a permitir encima que huyan. 

- Si sois buenos y apretáis las tuercas a vuestra gente un poquito más yo os doy dos años de respiro con lo del déficit, ¿vale? Al recorte de las pensiones le vais a llamar "sostenibilidad"; al aumento de impuestos, "novedad tributaria"... y cuando os pidan datos concretos dais largas, apeláis a los mercados y a otra cosa mariposa. 

En el BOE de este sábado se puede comprobar hasta dónde alcanza la dimensión de la tragedia que han perpetrado esta vez y que no han tenido narices de explicarnos en la rueda de prensa. Me los quiero imaginar poco antes, aún en el Consejo de Ministros, y no puedo evitar recordar al desaparecido Joaquín Garrigues Walker cuando, hace nada menos que 35 años, siendo ministro de Obras Públicas en el gobierno de Adolfo Suárez, soltó aquella frase que nos puso entonces los pelos de punta: "Si los españoles supieran lo que se habla en los consejos de ministros, habría colapso inmediato en los aeropuertos para salir huyendo del país". 

Como dice Manuel Alcántara, "Andan confusamente atareados en retrasar el horario para el derrumbamiento total... todos saben que esto va a explotar y que no hay artificieros que lo eviten, pero mientras suena el estruendo, que será la traca final , hacen oídos sordos".

J.T.
Publicado también en la sección de "Opinión" de publico.es

martes, 23 de abril de 2013

La policía ya no podrá reprimir "escraches". Ahora reprimirá "acosos"


Parecía que ir al grano estaba pasado de moda. Sobre todo entre los políticos del pp. Los archivos escritos y audiovisuales del último año en España están repletos de hermosas pruebas que documentan el encendido amor de ministros como Montoro, Mato, Báñez o de Guindos por el empleo del eufemismo, la perífrasis o el circunloquio. Yo lo entendía, porque por mucha cara que uno tenga, salir cada día a la palestra a contar putadas no deja de ser un engorroso marrón. 

Pero mire usted por dónde, con el término "escrache" han decidido hacer una drástica excepción. Sin anestesia, han pasado del uso del eufemismo al del sinónimo para, esta vez sí, ir al grano. De frente y por derecho: 

- El escrache no existe, chicos. Se dice acoso, ¿entendido?

Así que acoso dicen los políticos del pp para referirse al escrache, y acoso repiten también, con incondicional mimetismo, los medios afines cada vez que hablan de las acciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). 

Salvo excepciones no he oído ni en Radio Nacional, ni en la Cope ni en Onda Cero, no digamos ya en Intereconomía y demás tedetés, pronunciar en todo abril la palabra "escrache".  Se conoce que al mañanero email de consignas, con el que el partido del gobierno dicen que adoctrina a sus tertulianos y demás paniaguados sobre los temas a tocar cada día, han debido añadirle una postdata determinante:

- Queridos niños, la palabra "escrache" es caca. Se dice "acoso", A-C-O-S-O. ¿Queda claro?

En primer tiempo de saludo, la disciplinada mesnada ha ido sembrando las ondas, las redes y lo que queda de papel impreso del término "acoso" como sinónimo de "escrache". Quedaba por meter en cintura a la policía. Sí, has leído bien, amigo: a la policía, que por lo visto había algunos maderos que de tanto reprimir escraches no sabían que lo que estaban reprimiendo se llamaba acoso.

Así que el ministerio del Interior, arrogándose competencias lingüísticas sin ningún rubor, ha remitido a todas las comisarías una instrucción urgente: "se hace saber a todo el personal que queda prohibido utilizar el término "escrache". Cuando hablen de acciones contra representantes políticos han de referirse a ellas como "acosos, amenazas y coacciones". 

Así que ya sabe usted, bienamado policía que tan celosa y teóricamente vela por nuestra seguridad. Cuando venga a detenernos a la puerta de la casa de un político al que le estamos dedicando un escrache no se le ocurra decirnos váyanse de aquí que el escrache no está permitido, porque como a su compañero de trinchera le pille de mala leche y le oiga pronunciar la palabra escrache se le puede caer el pelo.

Yo reconozco que la palabra escrache bonita no es. Es más bien fea. Pero desde que quieren prohibirla me parece hermosa. Además, van a por nosotros digamos lo que digamos. Como en "La vida de Brian", ya que te van a lapidar por pronunciar la palabra Jehová, habrá que morir repitiéndola una y otra vez hasta el último aliento, ¿no?

- Jehová, Jehová, Jehová, gritaba divertido el viejo condenado mientras lo apedreaban 

Así que ya sabéis

- Escrache, escrache, escrache


lunes, 22 de abril de 2013

Ese dinero que tanta falta nos hace está... en los paraísos fiscales


A comienzos del mes de abril, rotativos de todo el mundo como Le Monde, The Guardian o The Washington Post empezaron a tirar de una manta espectacular. Y de qué manera: 130.000 políticos y empresarios de 170 países tienen entre 16 y 24 billones de euros en territorios de fiscalidad reducida. Una bomba. Con el paso de los días, pensé yo, esta noticia se convertirá en una jugosa bola de nieve que abrirá informativos y copará primeras páginas. Pues no, transcurren los días, las semanas y… no pasa nada. 

 Los datos proceden de un exhaustivo trabajo realizado por una agencia de periodismo de datos con sede en Washington, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). En este organismo trabajan alrededor de 160 “locos” de las pesquisas informáticas, de los archivos y de la documentación de toda la vida convencidos de que se mueven en uno de los caminos con más recorrido en el periodismo del futuro. Lo hacen desde unos 50 países diferentes. 

De momento parece que le han hincado el diente a un asunto de verdadera enjundia: el opaco mundo de los paraísos fiscales. Para ello cuentan con dos millones y medio de fichas robadas por dos empleados arrepentidos que trabajaban en dos empresas de servicios financieros en paraísos fiscales, (Portcullis Trustnet y Commonwealth Trust Limited-CTL). Un sistema de evasión fiscal tan escandaloso como gigantesco del que se benefician ricos y famosos de todo el mundo. Entre ellos, y solo para abrir boca, la baronesa Thyssen, la mujer de Juan Abelló, la hija mayor del exdictador filipino Ferdinand Marcos, familiares de mandatarios y ex mandatarios de un sinfín de países… 

Los bancos tampoco podían faltar: Deutsche Bank, según lo publicado por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, ayudó a sus clientes a través de su oficina de Singapur a establecer más de 300 sociedades opacas. BNP Paribas y Credit Agricole, según Le Monde, habilitaron sociedades para clientes en paraísos como las Islas Vírgenes Británicas, Samoa y Singapur desde finales de los años 90.  

Y políticos. En Francia, Jean-Jacques Augier, viejo amigo de Hollande y tesorero de su campaña electoral, ha resultado salpicado, igual que su exministro de Finanzas, Jérôme Cahuzac, que reconoció haber tenido una cuenta en Suiza con cerca de 600.000 euros durante años… 

Podíamos imaginar dónde estaba ese dinero mágicamente evaporado y que nos hace falta para salir del hoyo. Los datos de estas investigaciones ratifican nuestras sospechas. Los BILLONES de euros que se mueven en los paraísos fiscales (entre 16 y 24, recordemos) en aproximadamente unas 120.000 sociedades opacas, suponen la tercera parte de la riqueza mundial, el Producto Interior Bruto de Japón y Estados Unidos juntos. 

Y ahí seguimos, mareando la perdiz mientras contamos el dinero suelto que nos queda para ir a la compra. 

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación aseguran que están todavía desmenuzando, destripando, mirando con lupa todos los datos de los que disponen. Y que más pronto que tarde empezarán a soltar nombres. Afirman estar “a la espera de resolver aspectos legales, técnicos y periodísticos”, algo que empieza a sonar a chamusquina. Confío en que no se arredren y se animen a llegar hasta el final. 

En Francia, Hollande ha prometido que obligará a los bancos del país a comunicar la lista de todas sus filiales como medida para intentar erradicar los paraísos fiscales. En otros países, entre ellos España, ya existen interpelaciones parlamentarias que solicitan medidas similares… Pecata minuta. 

El caso es que, como decía al principio, pasan los días, las semanas y… no pasa nada. 

Las veces que he escrito sobre esto siempre he acabado haciéndome la misma pregunta: ¿Cómo es posible que un asunto de tales dimensiones esté teniendo, al menos hasta ahora, tan escasa repercusión en los medios de comunicación de todo el mundo?

J.T.
Este post se publicó en la sección de Opinión de publico.es

sábado, 20 de abril de 2013

Libertad de expresión. ¿Volveremos a leer la columna de Manolo Saco?


Cuarenta días ya sin columna de Manolo Saco son una pésima noticia

El silencio de Manolo Saco es un dramático síntoma de la falta de aire fresco en el mundo de la izquierda

El silencio de Manolo Saco es alarmantemente ruidoso

Cuarenta días sin Manolo Saco son cuarenta días con un poquito menos de libertad

Y en este caso la culpa no la tiene Rajoy, ni los bancos, ni la prima de riesgo, ni tampoco la Merkel ni el malvado Fondo Monetario Internacional. La culpa de que, desde hace cuarenta días, Manolo Saco no escriba su columna en eldiario.es, que titulaba "NI dios, NI patria, NI rey" la tiene la impresentable pamplina en la que se mueve mucha gente de la izquierda de este país. Personas que, apenas tienen oportunidad asoman de inmediato la patita dogmática y, cuando no les gusta lo que escribe alguien que es de su cuerda, y que por tanto tendría que pensar como ellas, se rasgan las vestiduras y, escandalizadas, piden de inmediato la cabeza del "sacrílego". ¡Al infierno con él!

Os cuento: El pasado 10 de marzo, en su columna de eldiario.es, Manolo Saco glosó lo que estaba sucediendo en Venezuela como él creyó que debía hacerlo. (Si pincháis aquí lo podéis leer) Hizo uso de la libertad que siempre ha dado a quienes hemos trabajado con él -y que él usaba cuando escribía- para no dejar títere con cabeza; echó mano de la ironía que tantos ratos divertidos nos ha hecho pasar a quienes admiramos su magistral estilo literario y disparó. Analizó la muerte y sucesión de Chávez como él creyó conveniente, con la misma afilada pluma con la que lleva escritos centenares, miles de artículos que durante muchos años han puesto de los nervios a los meapilas, totalitarios, ultramontanos e intransigentes varios de este país.

Pero como la intransigencia anida en todos los tejados a Manolo, que en los medios de la derecha le han llamado desde blasfemo hasta sectario, le ha tocado ahora ser víctima de un despiadado linchamiento digital en los comentarios a su columna por parte de sus propios lectores, que se supone son de izquierdas.

Hasta ahí, si se me apura, todo estupendo. La interactividad, que a mi me parece un hermoso hallazgo, permite pulsar la reacción que tu trabajo despierta, entre quienes te leen, prácticamente al instante. Lo que pasa es que entre los lectores de eldiario.es, muchos en este caso no se han limitado a expresar su discrepancia o su desacuerdo sino que, en nombre de su rol de socios (cinco euros al mes por ayudar a sostener el proyecto) deciden, además de opinar, darse por ofendidos y pedir la cabeza de Manolo por osar pensar, y escribirlo, como a ellos no les gusta.

Triste, fatal, horrible. Si eso ocurre poniendo cinco euros, imaginaos lo que no harán los socios capitalistas de cualquier medio de comunicación cuando aparece un díscolo entre sus huestes. 

El caso es que la inédita situación, que igual hasta puede marcar un punto de inflexión en esto de la comunicación digital, debió suponer un buen quebradero de cabeza para eldiario.es Sin duda era un marrón al que había que hacer frente y a fe que se pusieron a ello. A mi juicio, han toreado con bastante arte un episodio sin duda difícil. La defensora del lector salió al paso en una columna que tituló "Hasta dónde deben condicionar las críticas" y, entre otras cosas, cuenta:

"He hablado con Manolo Saco, quien no ha querido añadir nada más que lo ya expresado en su comentario -escribe Olga Rodríguez-.  Y continúa: También he preguntado por lo sucedido al director de eldiario.es, Ignacio Escolar, y esta es su respuesta: " Manuel Saco me llamó por teléfono el lunes por la mañana para decirme que quería dejar el blog por las razones que ya ha explicado en el comentario. Le insistí en que recapacitase y le intenté convencer de que siguiese. Hablamos un buen rato. Me dijo que se lo pensaría más adelante, pero que por ahora prefería tomarse al menos un tiempo." (la respuesta entera y la columna de O. Rodríguez puedes leerla pinchando aquí)

Tengo para mí, conociendo a Manolo Saco como lo conozco desde hace tantos años, que las conclusiones que él debió sacar de todo este revuelo le debieron dejar con la mosca detrás de la oreja. No sé si contó hasta cien o hasta mil porque no he podido hablar con él, pero el caso es que la decisión que tomó fue la siguiente: usó el apartado de los comentarios a su columna, como un lector más y a modo de despedida, escribió lo siguiente el día 11 de marzo a las 13:42:

"A TODOS. 
Como columnista vuestro que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar: 
Mi columna de hoy sobre la Venezuela de Chávez ha tenido un rechazo masivo y sin paliativos por parte de socios y lectores. Y lo que es peor, por parte de muchos de vosotros a los que aprecio intelectualmente. Me preocupa sobre todo el no estar en sintonía con los socios, entregados a un proyecto, para ellos ilusionante, de periodismo de izquierda y libre. Si siempre se ha dicho que los periódicos pertenecen a los lectores, pues son finalmente los que los sustentan y los mantienen con vida, en el caso de los socios lo es doblemente, pues lo han financiado con una aportación económica.
A muchos de ellos les he leído, entre líneas, que un periódico que me mantiene a mí como columnista “ya no es su periódico”, que se habían equivocado. Y es verdad. Se habían equivocado. Uno necesita el bálsamo de la prensa amiga, y mucho más si la financia con su esfuerzo, como un lugar refugio donde confirmar a diario sus ideas vitales, sin agresiones ideológicas. Como creo en la necesidad de preservar la existencia de diarios como este y, sobre todo, en el espléndido equipo de dirección que lo alienta, os comunico a todos que desde este momento dejo de publicar en diario.es. Los lectores tenéis derecho a no correr el riesgo de sobresaltaros cada mañana, pensando que un francotirador os podría estar atacando con fuego amigo. Gracias por vuestra paciencia, y disculpad las molestias."

El revuelo que ha levantado esto, a mi juicio excesivamente discreto para la importancia que le atribuyo al sonoro silencio de Manolo se ha traducido, en las redes sobre todo, en análisis y juicios de intenciones en los que yo no pienso entrar. Al menos por ahora.

Si transcurren otros cuarenta días y Manolo continúa en silencio, lo que ahora me parece grave, empezará a parecerme gravísimo.

Repito: Cuarenta días sin columna de Manolo Saco son... no una sino cuarenta pésimas noticias.

J.T.


viernes, 19 de abril de 2013

El PP, Urdangarín y la eterna manía de obstinarse en matar al mensajero


Uno de los efectos más salutíferos del periodismo es su capacidad de cabrear.

No es obligatorio que el buen periodismo cabree por sistema, pero lo que sí es cierto es que el buen periodista no debe perder ni un solo segundo en preocuparse por los cabreos que puede provocar el resultado de su buen trabajo. Si es un buen trabajo, es un buen trabajo y punto. Y por lo general un buen trabajo periodístico es raro que no acabe cabreando a alguien.

Esta semana vamos servidos de cabreos: El PP se ha dejado de rodeos y ya ha enviado una carta al director del El País de claro cariz intimidatorio, donde se le advierte de que se atenga a las consecuencias si continúa publicando papeles de Bárcenas.

El ejemplar miembro de la todavía familia real y brillante exjugador de balonmano Iñaki Urdangarín ha conseguido evitar la publicación de los correos filtrados por su exsocio Diego Torres recurriendo a la justicia que le enjuicia. Amenaza este intachable ciudadano con demandar por vulneración al derecho de la intimidad nada menos que a siete medios de comunicación: El Mundo, Telecinco, Semana, Pronto, El Economista, El Confidencial Digital y El Semanal Digital.

No hay que olvidar que precisamente la publicación de estos correos ha sido lo que ha permitido destapar detalles insólitos sobre el caso Nóos que incluso han servido para la imputación de la Infanta Cristina.

Sigo: Antes de ser reelegido presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, últimamente tan aficionado a las reuniones secretas anunció una querella contra el diario El Mundo por haber publicado informaciones que le acusaban de corrupción y de desviar dinero a paraísos fiscales.

No te digo nada de la familia Pujol, en la que andan todos más cabreados que una mona y advierten a quienes les atacan que las cosas no se van a quedar así.

He puesto solamente algunos ejemplos recientes. Suficientes para evidenciar que el trabajo periodístico, cuando está bien hecho, tiene muy difícil no acabar cabreando a alguien.

Y ese alguien, que cuando hizo lo que hizo se creyó inexpugnable, cuando ve publicado lo que él manejó entre discreciones y confidencias no da crédito y, entre el desconcierto y la indignación, no sabe hacia dónde disparar: ¿hacia quien le ha sido desleal? ¿hacia su falta de precaución? Ni hablar. Mucho más fácil ir directo a por el mensajero y advertirle de que no sabe dónde ni con quién se está metiendo y que se le van caer los palos del sombrajo como insista en seguir dando por culo.

¿Que no se intimidan? Pues entonces querella al canto.

No se quieren enterar que el sentido que tiene la existencia de la prensa libre es precisamente que nadie pueda sentirse con la capacidad de mangonear a sus anchas sin que eso arrastre consecuencias.

Mira que es viejo lo de querer "matar al mensajero"

Pues nada, seguimos en las mismas.

Se cabrean, luego cabalgamos.

J.T.




jueves, 18 de abril de 2013

Hipotecas. La banca "Mari Carmen y sus muñecos" del pp


No están dispuestos a dejar de seguir llevándoselo crudo. No pueden evitarlo. Los barandas de los bancos no saben hacer otra cosa que no sea pisarnos el cuello al resto de los mortales.

Como en el chiste del escorpión, "es su carácter" y no pueden evitar clavar con saña el aguijón aunque eso pueda acabar algún día matándoles también a ellos. Se sienten inmunes, intocables, fuertes, que por algo son los amos del chiringuito. Que para eso tienen colocados a sus chicos donde pueden legislar con irrefutable mayoría absoluta.

Han vigilado muy de cerca la tramitación parlamentaria de la Ley de Medidas para la Protección a los Deudores Hipotecarios en riesgo de Exclusión Social y no le han quitado ojo hasta que ha salido adelante tal y como a ellos les interesaba.

-Esto sí, esto no, esto ni tocarlo...

Y sus chicos, en primer tiempo de saludo, han tumbado todas las enmiendas (bueno, menos una de UPN, qué casualidad) y se han limpiado... los mocos con una Iniciativa Legislativa Popular(ILP) que llevaba la firma de 1.402.854 ciudadanos.

- ¿Dación en pago retroactiva?
- Amos, anda

- ¿Paralización de los desahucios?
- No os lo creéis ni hartos de vino

- ¿Posibilidad de que las personas afectadas puedan permanecer en sus viviendas en régimen de alquiler social?
- Bueno, "nuestra intención es que el ciudadano conserve su vivienda y a partir de ahí (atención a la verborrea, que es textual) poner en marcha las otras medidas de reestructuración de la deuda, con quitas, aplazamientos para pagar la deuda, alquileres sociales y, en último extremo la dación en pago

Traducción al castellano que hace de esto la Plataforma de Afectados por la Hipoteca: lo que el PP ha aprobado de puntillas y en solitario no resuelve el problema social de la deuda hipotecaria, ni de los que ya han sido desahuciados ni de los que lo serán en el futuro. Es decir, que a aquellas familias que no estén en paro o cuyas rentas sumen más de 19.000 euros al año les seguirán quitando la casa si no pueden pagar. 

La ILP que el gobierno del PP ha ninguneado proponía liberar a las familias de la condena financiera, posibilitaba el acceso en régimen de alquiler social a las viviendas vacías que son propiedad de las entidades financieras. Eso sí que hubiera mitigado de manera decisiva los efectos sociales más trágicos de la crisis. Los que han llevado a muchos amenazados de desahicuio inxcluso a quitarse la vida.

Pero los bancos no están para bromas. No pueden ni quieren permitirlo. Como en la fábula del escorpión, no es su carácter. Así que el gobierno, disciplinada marioneta, ha movido la boca y los brazos al ritmo que le ha impuesto su particular "Mari Carmen" y, como si del pato Nicol o de doña Rogelia se tratara, han dicho y hecho exactamente lo que los banqueros han dispuesto. 

J.T.



miércoles, 17 de abril de 2013

La impresentable "regañina" de Martínez Pujalte a propósito de las hipotecas


Te vendían el piso por 300.000 euros aunque en realidad podían haberlo hecho perfectamente por la mitad. La tasación de la entonces solícita entidad bancaria te permitía meterte en un hipotecón de 280.000. Pero como podías ponerla a 40 años, al mes solo tenías que pagar la ridícula suma de 1.250 euros. Total, una nadería.

Ganabas 1.700 euros tú y tu pareja otro tanto. Vivir de alquiler, te insistía todo el mundo, era tirar el dinero. Además, mejor darse prisa porque los precios subían de un día para otro y el piso estaba muy bien, qué caramba. Y otra cosa: cuando quisieras venderlo seguro que te sacabas una pasta a la vista de a qué velocidad subían los precios.

El cuento de la lechera, el timo de la estampita y el del toco mocho juntos y todos caísteis como idiotas. Así que cuando estabais bien pillaos empezó a faltar el dinero para los créditos, y las empresas cerraban una detrás de otra, y despedían trabajadores a miles, a decenas de miles... y los pisos empezaron también a bajar. Debacle. Hecatombe. Ruina total. Y te quedaste sin trabajo. Tú. O tu pareja. Y al que tuvo la potra de conservar el curro le bajaron el sueldo. O eso o a la calle, te dijeron. Como las lentejas, ya sabes.

Y empezasteis a hacer cuentas: Ocho años pagando hipoteca y aún 245.000 euros pendientes. Los 1.250 euros de cuota mensual se convirtieron en una verdadera pesadilla. No quedaba "ni pa pipas". Os planteasteis llevarle las llaves al banco, y a tomar por saco el dichoso piso y la madre que lo parió. 

Y fue entonces cuando descubristeis, pedazo de ingenuos, que estabais pillados por los güebos pero bien. Sí, os dijeron, vale, pero es que el piso vale ahora 100.000 euros. Eso siendo optimistas. Así que quedarían pendientes 145.000 que tendríais que seguir pagando los próximos 32 años a unos 550 euros de cuota mensual euro arriba euro abajo. Y eso si no acaban subiendo los intereses, que más vale que contéis con ello.

Sí. No estabais oyendo mal. Si queríais devolver el piso de vuestros desvelos, además de quedaros sin tener donde caeros muertos, debíais continuar pagando 550 euros al mes durante 32 años y plantearos dónde meter los muebles, el ordenador, el desconcierto y la indignación.

Y entonces pensasteis, pero vamos a ver, si el piso de al lado mío vale ahora 100.000 euros y yo debo 145.000 después de haber estado pagando ya 1.250 euros mensuales durante ocho años, yo lo que soy es un gilipollas.

Pues no, amigo, lo que eres, te lo dice Martínez Pujalte, es un listo que te quieres ir del piso para comprarte otro y aprovecharte de la coyuntura. Eres un pillín, porque cuando firmaste sabías lo que firmabas y ahora te quieres hacer el tonto. Además eres un listo rojillo, porque si votaras al PP serías de los que te quedarías sin comer antes de incumplir tu compromiso de pagar la hipoteca, como sabiamente ha dictaminado nuestra querida secretaria general, la nunca suficientemente bien ponderada Maria Dolores de Cospedal y García

Así que a apechugar, querido. Haberlo pensado antes. El banco fue generoso contigo y si las cosas han cambiado, la culpa es del cha, cha, chá... o tuya, por querer vivir y soñar por encima de tus posibilidades, incauto, que eres un incauto.

¡Ah!, y no se te ocurra quejarte, ni mucho menos presionar, o acosar con esa argentinada llamada escrache, porque nos vamos a encargar pero bien de que se os caiga el pelo como os dé por continuar incordiando.

Habéis hecho dos cosas mal, pedazo de capullos: 
1. Meteros en la trampa hipotecaria en la que os habéis metido 
2. Habernos votado. 

Así que ahora no os quejéis. Porque de hasta qué punto podíamos acabar jodiéndoos la vida teníais suficientes indicios.

Por la transcripción
J.T.

martes, 16 de abril de 2013

El buen periodismo tiene asegurado su futuro

Hay dos maneras de afrontar el ejercicio del periodismo: desde la fe en lo que se hace, para lo que es necesario ser dueño de un enorme caudal de confianza y seguridad en uno mismo, o desde la mentalidad de un currante temeroso por la pérdida de su puesto de trabajo.

Los primeros tendrán una vida más complicada pero más digna.

Yo recomiendo la siguiente actitud, a pesar de todos los pesares:
1. Tengo tanta suerte que me pagan por lo que me gusta hacer
2. Lo que sucede a mi alrededor es una puesta en escena tan formidable que a un Almodóvar o a un Spielberg les costaría una pasta producirla.

Esa es la esencia. Imprescindible también, por supuesto, estar dispuesto a pagar el precio, no tenerle miedo a las consecuencias que puede llegar a tener aquello que cuentas. La grandeza del oficio periodístico es precisamente ESTAR en el sitio donde ocurren las cosas. Poder ser testigo privilegio y contarlo tal como lo ves.

Impuesto revolucionario: lidiar con toda una estructura empresarial que, cual monstruo de mil cabezas y con escasas excepciones, ha decidido crecer al abrigo del desarrollo de un objetivo único: vender carnaza. Si se trata de televisión ya se riza el rizo: carnaza con presencia de alguien en el sitio, a ser posible metiendo el dedo en el ojo, en la llaga o donde más duela. Lo demás, por lo general, suele importar bastante poco.

El buen periodista debe buscar siempre dotar a su trabajo del mayor valor añadido posible. Al margen del medio para el que trabaje, el profesional de la información crea valor para sí mismo, para su prestigio, para su credibilidad, para la confianza en su solvencia. Y ése es su patrimonio, su valor de cambio. Esa manera de hacer las cosas es la que no perderá mercado nunca. La información, la buena información, es un bien necesario que siempre será buscado.

Por eso, aunque no corran buenos tiempos para romanticismos ni utopías, los periodistas de verdad, los que insistan en contar historias bien contadas se salvarán de la quema. El buen periodismo tiene perfectamente asegurado su futuro.

J.T.

lunes, 15 de abril de 2013

Hay hambre de caras nuevas, de mensajes frescos, de siglas distintas, de nuevas experiencias...


Si los miembros de la todavía existente Casa Real están haciendo todo lo posible por liquidarla ellos solitos, los políticos que calientan sillones en Consejos de Gobierno y Parlamentos varios de este país no parecen quedarse atrás a la hora de desacreditar también su propia imagen y su cada vez más escaso prestigio. Las encuestas ya le otorgan menos del cincuenta por ciento de los apoyos electorales a los dos partidos mayoritarios... ¡juntos!

Hay hambre de proyectos nuevos, de siglas distintas, de caras inéditas, de mensajes frescos; hay ganas de nuevas experiencias, de escuchar propuestas diferentes, de cerrar capítulo, de pasar página. Mientras los partidos "tradicionales" chapotean desesperados para mantenerse a flote el hueco que van dejando, enorme socavón ya, pide a gritos que venga alguien y lo rellene cuanto antes. ¿Quién será? 

Para que esta patética e incierta travesía del desierto no la acabe capitalizando un populista, es imprescindible que exista quien tire del carro cuanto antes. Al rebufo de la mágica irrupción del 15M, cercano ya su segundo aniversario, plataformas como "Afectados por la hipoteca" o "Jóvenes sin futuro" entre otras muchas han conseguido que sus mensajes y actuaciones adquieran un notable eco, seduzcan a unos y provoquen las reticencias de otros. Eso entre la izquierda. Porque en la derecha, adelantándose a la jugada por si acaso algo cuaja, se ha abierto la veda y ya van a degüello.

Pero no acaban de cuajar. El carácter asambleario que aspiran a mantener estos movimientos les impide crecer, les hace poco operativos y permite al adversario prever las jugadas. Es imprescindible que los movimientos ciudadanos que, desde sensibilidades de izquierdas, han surgido durante los dos últimos años se doten de los mejores reflejos para el combate.

Lo están poniendo en bandeja a inoperatividad de la clase política y las constantes agresiones a los más débiles por parte del gobierno Rajoy y de Europa.  Hay que recoger ese testigo. No puede ser que movimientos ciudadanos cargados de razón no acaben cuajando por cogérsela con papel de fumar cada vez que hay que tomar una decisión. No pueden acabar cayendo en lo mismos errores que los partidos políticos y demás instituciones tradicionales.

Por eso 
- Han de tener líderes, caras nuevas cuanto antes
- Han de aplicar todas las técnicas de comunicación que se sabe son efectivas
- Y lanzar cada día mensajes machacones, cortos, contundentes, que conecten con aquellos problemas del día a día que preocupan a la mayor parte de la población
- Y hay que exprimir internet hasta la extenuación

Todo ello procurando huir de dogmatismos y demás prácticas añejas que ralentizan la acción: Hay que actuar de manera urgente, rápida, eficaz y contundente.

Se puede. Y como no quieren, se debe

J.T.
Foto de Alfonso Tejada

La Tercera República está un poco más cerca


Nada de mayor sentido común que reivindicar la República.

Más que un sentimiento estrictamente reivindicativo, lo que yo he experimentado en la manifestación en la que he participado este 14 de abril ha sido un estado de ánimo gozoso y optimista -acorde con los aires primaverales que por fin se han podido disfrutar este domingo- con el que empieza a celebrarse ya la proximidad de nuevos tiempos.

Los argumentos para defender que algo tan obvio como el advenimiento de la República sobrevenga más pronto que tarde casi que sobran. Empieza a dar pereza repetirlos una y otra vez. Todo lo que ha ocurrido en torno a la corona durante el último año, desde el elefante de Bostwana hasta la imputación de la modosita Cristina pasando por los culebrones Urdangarín y Corina, la verdad es que ha ayudado. Pero no creo que la cuestión sea cómo acabar con una institución cuyos miembros ya se están encargando de cargársela ellos solitos, sino de empezar a apostar, con hechos, por algo nuevo.

No veo yo ganas de cortar cabezas, sino de pasar página. Los ánimos no son revanchistas, ni siquiera de agraviados con ánimo de ajustar cuentas. De lo que se trata es de dar carpetazo ya a una etapa terminada y empezar a escribir de una vez una historia distinta.

En la manifestación de este domingo yo he percibido ganas de tirar hacia adelante, tercera república ya, de empezar a construir, de decir gracias por los servicios prestados, señores, gracias por hacer sus deberes y traernos hasta aquí pero ustedes, si son tan amables, se bajan en la próxima. Ya está bien de apelar una y otra vez a la manida Transición, de ponderar el mérito de quienes hicieron aquellos pactos, de llamar al rey motor del cambio... pero todo eso ha prescrito. Va siendo hora de cambiar el discurso.  

Buena parte de las gentes que yo he visto este domingo en las calles gritando viva la república no habían nacido cuando volvió la monarquía, ni cuando se votó la  Constitución, ni siquiera cuando el golpe de Estado del 23F.  No les podemos seguir contando batallitas por más tiempo. No se puede continuar viviendo de las rentas de lo que se hizo, que por mucho mérito que tuviera entonces, empieza a ser ya pura y simplemente Historia.

La bandera republicana en manos de gente de menos de 30 años significa que se está incubando sin remedio un país diferente que más pronto que tarde saldrá del cascarón. Yo creo que la apuesta ciudadana mayoritaria es abrirse camino como sea. A codazos si es necesario, pero que esto cambie de una vez. 

J.T.

sábado, 13 de abril de 2013

El escrache y los niños



Usar a los niños como argumento para defender tesis políticas debería estar tan prohibido como la explotación infantil.

El sesudo prócer Felipe González (a quien a pesar de tantas cosas no puedo dejar de admirar) disparó el pasado miércoles la salva inicial usando a los niños para descalificar los escraches.

La escrachada Sáenz de Santamaría se tiró en plancha a recoger tan oportuno salvavidas y rápidamente dijo que su casa era su terreno personal y el de su familia.

Me tienen harto. El PP intentando criminalizar una expresión pública de legítima defensa que es lo que son los escraches, la gente de izquierdas cogiéndosela con papel de fumar a la hora de pronunciarse sobre  ellos y algunos de los escracheadores, como el activista consorte Jorge Verstrynge, entrando al trapo y diciendo que hay más niños desahuciados que escrachados

Meter a los niños en medio de este tipo de trifulcas tendría que ser directamente denunciable. 

O los dejamos en paz o se lo contamos todo.

J.T.

viernes, 12 de abril de 2013

Expulsados del templo... por los mercaderes


La expulsión este jueves de la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados, de los afectados por "el gran timo" de las preferentes viene a sumarse al episodio de hace unos días cuando echaron del mismo modo a representantes de la plataforma "afectados por la hipoteca". En ambos  casos me ha llamado la atención la contundencia y la irascibilidad del presidente de la Cámara a la hora de ordenar el desalojo de la tribuna

- Expúlsenlos

Y ujieres y esbirros varios se apresuraron a ejecutar la orden.

Con Jesús Posada me ocurre como con Gallardón: parecían otra cosa hasta que se han soltado el pelo y han decidido salir del armario. Admito que Posada me tenía bien engañado. En los tiempos en que fue  ministro de Agricultura con Aznar yo le recuerdo un talante mucho más mesurado. Pero como baranda del Parlamento de la nación, al paso que va, acabará superando con creces las gestas de sus predecesores, que al menos algunos de ellos, de vez en cuando, nos hacían reír.

Este jueves Posada se ha puesto las botas echando gente. Se ve que le ha cogido el gusto y por el mismo precio ha añadido a su currículum la expulsión de tres diputados de ERC: Tardá, Bosch y Jordà, por expresarse en su lengua materna desde la tribuna de oradores.

- Le llamo al orden, no tiene usted la palabra, dijo por tres veces antes que cantara el gallo

Al Congreso de los Diputados le hace falta un buen meneo pero ya. Sentarse allí en un escaño y tirarse cuatro años votando lo que te mandan, vituperando al contrario cuando toca e invocando el reglamento para justificar desesperantes lentitudes y palmarias ineficacias no creo que pueda ser el plan por mucho tiempo más.

¿Nos representan o nos representan? Esa es la cuestión. Legalmente nos representan, de eso no hay duda. Pero me temo que somos muchos los que estamos ya bastante hartos de que, amparados en la legalidad, se perpetren tantas tropelías, tantas injusticias en el "templo de la democracia".

Cuentan que allá por Galilea hubo hace dos mil años un tal Jesús que un buen día en Jerusalén se cabreó con los mercaderes que, según él, estaban profanando el templo con sus trapicheos y la emprendió a latigazos con ellos.

Dos siglos después en España un tocayo suyo, de apellido Posada, emparentado con provectas y espabiladas familias de mercaderes españolas que se lo han llevado crudo durante años, invierte la tendencia  y  se dedica a expulsar del templo a quienes son capaces de ponerles un espejo delante y les enseñan sus miserias, sus miserias de representantes de los intereses de los mercaderes antes que de los del pueblo llano a quienes estos roban y estafan con la mayor de las impunidades.

Armados de legislación y policía sus señorías, con su señorito Posada al frente, cada vez están menos cargados de razón. Les molesta que los importunen, les contraría que les digan las verdades a la cara, adoran las declaraciones enlatadas, que les ponderen lo guapos que son y, cuando eso no sucede, evitan las ruedas de prensa, hablan de que hay que poner límites a la información y establecen perímetros de seguridad a gritos públicos de socorro, que es lo que son los escraches y no acoso como la derecha se empeña machaconamente en llamarlos.

Los mercaderes en Jerusalén funcionaban como okupas y ahí estuvo su fallo. Así que sus descendientes aprendieron bien la lección  y ahora se han convertido en los amos de todos los chiringuitos donde se gestiona poder. Son los amos de las iglesias, los bancos, las grandes industrias, las empresas influentes, lobbies varios... y mangonean a sus anchas en los parlamentos, desde donde protegen a los desalmados que esquilman bancos y desahucian desheredados. En esta legislatura en España esgrimen como coartada que cuentan con una mayoría que les permite, por ejemplo, ordenar sin pudor alguno que les quiten de la vista a los indignados que les vituperan desde la tribuna de invitados

- Expúlsenlos

Mira que Trillo y Bono eran estomagantes. Pero de vez en cuando, por lo menos, nos hacían reír.

J.T.

miércoles, 10 de abril de 2013

El escrache escuece pero bien, luego es un acierto


Sin ninguna duda, los promotores del escrache han acertado.

Resulta patético ver a los políticos, y a la portadas y editoriales de los periódicos de toda condición y color, buscando la manera de ponerle puertas al campo.

Trescientos, cien, quinientos metros... los que sean, pero muchos metros de lo que llaman "perímetro de seguridad" quieren fijar para aquellos que intenten acercarse al domicilio de un político. Más argumentos buscan para justificar la represión del escrache, más en ridículo quedan, más desnudos aparecen ante una evidencia incontestable: los bancos se han pasado mil pueblos y el gobierno les ha inyectado pasta a mansalva mientras miles de familias sin recursos van perdiendo sus viviendas sin que a nadie parezca importarle mucho su drama y el de sus hijos.

Tengo para mí que el valor del escrache no es la acción en sí misma, que me gusta y mucho, sino la capacidad que este tipo de iniciativas poseen de no pasar desapercibidas, de  remover conciencias, de "provocar" a propios y extraños para que no tengan más remedio que posicionarse a favor o en contra. Amigos míos nada sospechosos de ser progubernamentales me han reconvenido estos días en la misma línea de pensamiento que este miércoles 10 de abril defiende el  diario "El País" en su editorial. 

Me han sacado cariñosa tarjeta amarilla por el post que escribí hace una semana valorando positivamente estas actuaciones ciudadanas a las puertas de los domicilios de los políticos para pedirles que, ellos que pueden, voten a favor de la llamada "dación de pago" cuando no se puede afrontar una hipoteca y no dejen a los pies de los caballos a tantas familias que después de perder el piso aún tienen que pagarle al banco una deuda que les está rompiendo la vida, el alma, los sueños que alguna vez tuvieron y las pocas ganas de luchar que les quedan.

- Pero hombre, Juan, ten en cuenta que el escrache tiene un componente intimidatorio que no es de recibo, me dicen algunos de mis amigos, amigos de los "rojos de toda la vida".

Son muchos los presuntos progres que no encuentran oportuno el escrache y lo consideran escasamente defendible, entre ellos el mismísimo Felipe González. Pues yo lo siento mucho, pero como decía el otro día, me parece que el escrache es un verdadero hallazgo. Toca los huevos, luego funciona.


Yo les diría a mis amigos los que me reprenden que sus reticencias son munición gratis para los desaprensivos que aprietan las tuercas a los más indefensos Una munición que no dudarán en utilizar descaradamente a favor de sus objetivos. Y sus objetivos no son otros que frenar una respuesta popular que les hace pupa y para cuya represión, por mucho que busquen, no disponen de argumentos lógicos. Para la represión nunca hay hay argumentos lógicos, pero en este caso yo creo que para la crítica tampoco.

¿Que es una minoría violentando la voluntad de la  mayoría? Pero hombre, por dios, ¿no encuentra usted ninguna justificación mejor? Da mucha pereza entrar a ese ridículo trapo por burdo. Como si ellos no llevaran violentando la voluntad de la mayoría desde el mismo instante en que se cerraron las urnas va ya para año y medio.

Algunos de los argumentos que voy a exponer a continuación ya los he escrito con anterioridad, pero con vuestro permiso los voy a repetir. Os invito a repetir conmigo:

1. El escrache es higiénico
2. El escrache es como poner sobre la mesa la materialización visual de nuestras fantasías 
3. El escrache es decirle al malo que en esta película va a ganar el bueno
4. El escrache tiene un punto justiciero que enamora. Ese punto que hace que el humilde, el impotente, el puteado, se sienta vengado en cierta manera. 
5. El escrache es la punta del iceberg del sentimiento popular. Se están incubando diferentes maneras de hacer patente  lo hasta los huevos que estamos todos y esta es una de las primeras puestas en escena de ese hartazgo: una manera elocuente, directa y, si se me apura, demasiado light para lo que a muchos se nos pasa cada día por la cabeza cuando leemos, vemos o escuchamos cómo se lo llevan crudo en todos los escalones, instituciones y estamentos públicos, privados y "mediopensionistas". 
6. El escrache es totalmente legítimo y necesario
7. El escrache es pagarle a los facinerosos con la misma moneda, pero de manera muy suave y educada, algo que ellos no son, ni lo han sido, ni lo serán nunca
8. El escrache es motivador
9. El escrache ha dado en la tecla
10. Y en caso de duda, una iniciativa que pone de acuerdo para criticarla a "El País" y "ABC", a Felipe González y a Alberto Ruiz Gallardón, a izquierdistas de toda la vida y a opusdeístas como ministro del Interior, tiene forzosamente que estar bien planteada

Lo dicho: si el escrache no existiera, habría que inventarlo

¡VIVA EL ESCRACHE!
¡ABAJO LOS DESAHUCIOS!

J.T,


martes, 9 de abril de 2013

Qatar, puente de plata para el "infanto" consorte


Pues ya está. Listo. A tomar por Qatar, que para eso está la agenda del suegro. Los exilios dorados de antes eran otra cosa... ¿o no?. Pero hay que reconocer que la salida que le han buscado al ex duque (¿o todavía es duque?) tiene su punto creativo, el justo toque "in" para mandarlo "out" de manera fulminante.

Nueve años faltan aún para el Mundial de Fútbol 2022 en Qatar, sobre el que existe la sospecha de que este país árabe compró los votos necesarios para conseguir su designación. Para entonces, igual han señalado ya la fecha del juicio por el caso Nóos. Parece que no existe tratado de extradición entre España y Qatar. Así que el flamante segundo entrenador de balonmano de ese país y su pareja la infanta de naranja (¿o ésta era la de limón?) pueden quedarse no nueve, sino noventa y nueve años allí si las cosas se ponen lo feas que deberían ponerse.

Sus hijos podrán volver, como en su día toda la prole de Juan de Borbón volvió de Estoril, la ciudad portuguesa donde el padre de Juan Carlos "fue tirando" con la herencia suiza de su madre, la reina Victoria Eugenia de Batenberg. Con el dinero que no llegó a gastarse don Juan, ya hemos sabido estos días lo que pasó.

En resumen, todo muy fashion. Y como Qatar por promocionarse, MA-TA, no le van a faltar a la egregia familia española eventos deportivos de relumbrón a los que asistir en los próximos años en ese país: el año que viene el Mundial de Natación, en 2015 el de Balonmano y en 2016 el de Ciclismo. Así es como piensan ir haciendo boca para el Mundial de Fútbol en 2022. ¿Será por dinero?

Pregunta del millón: ¿Pagará la fianza el augusto prócer con el salario que cobre en Qatar? La verdad es que los qataríes bien pueden soltarle una pasta porque, tan obsesionado por la promoción como está el jeque-jefe de aquel país, la deuda de Iñaki es calderilla comparada, por ejemplo, con lo que pagan al Barça por pasear el nombre de Qatar en las camisetas de sus jugadores... o lo que le sueltan a Beckham, o a Ibrahimovic, o a todo el París Sant Germain, equipo de fútbol francés cuyo setenta por ciento de acciones figuran a nombre del hijo del emir qatarí. Fichar a Urdangarín, habida cuenta de las portadas que su mujer y él han copado durante los últimos días en todo el mundo, es sin duda una operación rentable para este país tan ávido de notoriedad. 

Por dinero, desde luego, en Qatar no será. A Fernando Hierro le pagaron 80.000 euros por cada partido que jugó allí, hace ya algunos añitos; el mismísimo Guardiola colgó las botas en aquel país tras cobrar dos millones limpios por temporada en el Al-Ahli (2003-2005). Allí estuvieron también Romario o Frank de Boer, y la exiliada familia coincidirá ahora por aquellos lares con el ex madridista Raúl González quien, cuando regrese a España, lo hará con diez millones más en su cuenta corriente tras las dos temporadas que tiene firmadas allí.

Con el puente de plata que le han puesto en bandeja, capaz es el "infanto" consorte de montar un Nóos 2 y volver a llevárselo bien calentito de nuevo. Claro que sí yo fuera él me andaría con cuidado. Allí a quien mete la mano y lo pillan, se la cortan. La mano.

J.T.

lunes, 8 de abril de 2013

Españoles por el mundo, ¿se van o los echan?

- Papá, me voy a Alemania

Corría el verano de 2008 cuando mi hija mayor me dijo esta frase que tantos españoles de mi generación hemos escuchado de boca de nuestros hijos en algún momento de los últimos cinco años. Le gustaba Berlín, había decidido hacer allí su máster y luego ya vería. Ese "luego ya vería" se convirtió en que comenzó a trabajar allí cuando terminó los estudios y ya va camino del quinto año fuera de nuestro país.

Desde entonces su majestad el skype nos ha mantenido en contacto, yo he ido a verla cuando he podido y ella ha venido también (más veces que yo allí) con la frecuencia que le ha sido posible. Sobre su estado de ánimo no voy a contar nada aquí porque corresponde a su esfera personal. Hablaré de mí, de cómo vivo yo la historia y de lo que me parece que le está pasando a la gente joven de nuestro país.

A mí me satisface que mi hija se esté abriendo camino en la vida, y me da igual donde sea. Pero no puedo evitar que me asalte una terrible asociación de ideas: el recuerdo de las lágrimas que, cuando yo era niño, presenciaba cada vez que desde mi pueblo de la Alpujarra almeriense veía partir un autobús repleto de lugareños para ganarse en Alemania el jornal que en España no podían. Porque la situación actual, salvando las distancias, empieza a tener demasiadas similitudes con aquella.


Como me ocurre a mí, los hijos de muchos de mis amigos inundan en estos momentos no ya el mapa de Europa sino del mundo entero. Bangkok, Durban, Doha, Seatle o Wellington acogen ahora mismo en sus calles y plazas a hijos de amigos míos que se ganan la vida con mejor o peor fortuna. El denominador común de nuestras vidas es la cuenta de skype y el rastreo de billetes de avión comprados con antelación para poder ir a visitarlos a precios asequibles.

Así estamos, según los datos, aproximadamente unas 400.000 familias en toda España. Con nuestros hijos desparramados por  Ámsterdam,  Bruselas, Buenos Aires, Copenhague, Dublín, Lisboa, Londres, Munich, Nueva York, París, Roma, Santiago de Chile, Berlín o Viena. Muchos de ellos salieron este domingo siete de abril a la calle con una pancarta cuyo rotundo lema "no nos vamos, nos echan" unos podemos compartir más que otros, pero es cierto que la frase define un estado de ánimo que afecta a un buen porcentaje de los jóvenes españoles que viven y trabajan fuera de nuestro país.

Salieron a la calle en 33 ciudades de todo el mundo para secundar la iniciativa puesta en marcha por la plataforma "Juventud sin futuro". 33 ciudades donde jóvenes españoles denunciaron la falta de expectativas profesionales que España les ofrece. Y que si están fuera no es precisamente porque les vaya bien sino porque entienden que al menos serán capaces de sobrevivir mejor que aquí. 

Es cierto que ha cambiado la actitud de quien se marcha fuera. Hasta hace cinco-seis años podían hacerlo, como ha ocurrido toda la vida, porque era una posibilidad  que estaba ahí y que si se querían se aprovechaba. Pero ahora se marchan fundamentalmente por exclusión, porque no tienen más remedio, porque aquí en España tienen muy poco, o nada, que hacer. Entre los menores de 25 años hay un 57,6 por ciento de paro.


Por eso no se puede tolerar que a Marina del Corral, secretaria general de Inmigración y Emigración, no se le cayera la cara de vergüenza cuando hace unos días atribuyó la marcha de jóvenes españoles al extranjero "al impulso aventurero de la juventud". La señora del Corral  considera "desvirtuados los discursos que sostienen que la salida de trabajadores cualificados españoles está estricta y únicamente vinculada a la situación de crisis". Es decir, que el barco se hunde y los pasajeros no tienen más remedio que tirarse al agua, pero hay muchos a los que le gusta nadar. Y se queda tan pancha.

A pesar del brillante dictamen de la eminente secretaria general de Inmigracion y Emigración, para un joven español marcharse al extranjero ha dejado de ser una opción y se ha convertido prácticamente en una obligación. Ahí está el quid. O te mueres de asco o te vas.

Claro que marcharse no significa que no te vayas a morir de asco igualmente. Como nos recuerda en alguno de sus editoriales la página web de Juventud sin Futuro, "la precariedad es un mal endémico en toda Europa, y se sufre igual en inglés, alemán o francés que en español. Muchos de los jóvenes que se han marchado fuera pasarán un largo periodo encadenando trabajos temporales, poco relacionados con su cualificación, carentes de derechos y con salarios ínfimos".  Y luego ya veremos porque eso de que se trata de una situación pasajera, y que en breve quien quiera podrá regresar porque volverá a haber trabajo aquí, eso... está por ver.

Mientras tanto muchos de mis amigos y yo, que aún recordamos aquellas maletas de cartón con las que tantos de la generación que nos precedió se marcharon a Alemania, nos seguiremos apuntando al skype y a la búsqueda de vuelos baratos al tiempo que terminamos de ver crecer a los hijos más pequeños que aún tenemos en casa. Haciendo votos porque si también deciden marcharse, que sea porque lo eligen libremente. No porque no les quede otro remedio.

J.T.


sábado, 6 de abril de 2013

El gran desfalco global. 130.000 políticos y empresarios de 170 países esconden entre 18 y 24 billones de euros en paraísos fiscales


Se lo oí por primera vez este jueves en "La Ventana" a mi querido José María Izquierdo:

"Millonarios particulares de todo el mundo tienen entre 16 y 24 billones de euros en territorios de fiscalidad reducida"

Luego lo leí en "Le Monde":


Y en "El País" Miguel Mora lo explicaba de manera muy gráfica:

"El dinero que mueven los evasores de todo el mundo en los paraísos fiscales equivale a la suma de los PIB de Estados Unidos y Japón"

En "El Confidencial" le ponían nombres y caras al asunto

Jean-Jacques Augier, viejo amigo de Hollande y tesorero de su campaña electoral; Imelda Marcos jr., el presidente de Azerbayaán, la ex mujer de Marc Rich, la baronesa Thyssen, la mujer del viceprimer ministro ruso...

Pero esto es solo la punta del iceberg. Se calcula que en este desfalco global están involucrados 130.000 políticos y empresarios de 170 países. Porque conviene repetir la cifra del fraude: entre 16 y 24 billones de euros.


Estos datos son producto de una investigación que ha realizado el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), una agencia de periodismo de datos que tiene su sede en Washington y en la que colaboran 160 profesionales de 60 países, entre ellos la española Mar Cabra.

Hace unos meses, esta agencia informativa estadounidense tuvo acceso a más de dos millones y medio de fichas robadas por dos empleados "arrepentidos" que trabajaban en bancos y empresas de la Islas Caimán, Samoa, Singapur o las Islas Cook entre otros paraísos fiscales. Entidades que ofrecen servicios offshore (de deslocalización) y que tienen organizado un sistema de evasión fiscal, tan escandaloso como gigantesco, que blanquea miles y miles de millones procedentes, como decíamos,  de 170 países diferentes en todo el planeta.

Todo ese dinero estaría camuflado nada menos que en 120.000 sociedades opacas. En "El Confidencial", el medio español que participa en el trabajo, explican el proceso así, transcribo textualmente:

"Para afrontar este trabajo, el grupo de periodistas aglutinados en torno a ICIJ ha colaborado con responsables de importantes medios internacionales como el periódico británico The Guardian y el consorcio público de medios BBC, el diario francés Le Monde, la cabecera y emisora alemanas Süddeutsche Zeitung y Norddeutscher Rundfunk, el estadounidense The Washington Post, la televisión pública canadiense CBC y otros 31 asociados más de todo el mundo, entre los que figura El Confidencial. Fruto de esta colaboración de 90 periodistas en casi 50 países se han descubierto secretos y negocios ocultos de políticos, estafadores y grandes fortunas de todo el mundo.

Los archivos filtrados han proporcionado datos y pruebas (transferencias de efectivo, fechas de incorporación, vínculos entre sociedades opacas y sus dueños) que ilustran perfectamente cómo el secreto financiero internacional se ha ido extendido progresivamente a lo largo de todo el mundo, permitiendo que ricos e influyentes puedan evadir impuestos, al tiempo que en ocasiones llegan incluso a generar o amparar situaciones de corrupción castigadas por la ley. En total, la investigación revela los intereses ocultados en paraísos fiscales de personas y compañías a lo largo de más de 170 países y territorios.

Este botín de documentos representa LA MAYOR CANTIDAD DE INFORMACIÓN PRIVILEGIADA  sobre el entramado offshore JAMÁS OBTENIDA. El tamaño total de los archivos, medido en gigabytes, es más de 160 veces mayor que la filtración de documentos del Departamento de Estado de Estados Unidos realizada por Wikileaks en 2010.

Pues bien, a pesar de las descomunales dimensiones de este escándalo, la mayoría de las portadas de los medios de todo el mundo lo están obviando.

¿Por qué?


J.T.