sábado, 28 de septiembre de 2013

El periodismo de sucesos


La triste y misteriosa muerte de la pequeña Asunta Basterra posee todos los ingredientes precisos para que los buitres carroñeros hagan su agosto. Y a fe que lo están haciendo. Para vergüenza de la profesión periodística, del mundo de la comunicación y del género humano. Como se trata de un asunto que provee de material suficiente para toda una tesis doctoral, hoy me quiero referir a él mínimamente recordando cómo me he aproximado a este tipo de información bien cuando he estado al frente de una redacción o bien cubriendo yo mismo una historia. 

¿Qué es lo que hay que hacer? 

1. Lo primero es patearse los sitios donde han ocurrido los hechos y no hablar de oído en ningún caso. Premisa absolutamente imprescindible. 

2. Tomar todas las imágenes posibles. Sí, todas. Otra cosa es el uso que haremos de ellas. Pero las tenemos que tener, como las tiene la policía o el forense y no por eso hacen uso público de ellas. Fundamental para hablar con propiedad de la historia que vamos a contar.

3. Hablar con el mayor número de personas posible en el entorno de los afectados por los hechos. Tomar nota de todo, no creerse nada y contar hasta cien antes de dar por válido un testimonio sin haberlo contrastado suficientemente. 

4. La policía nos tiene que que contar cosas y confirmar las que ya sabemos. Es uno de nuestros mejores aliados, y nos respetarán por la solvencia de lo que contemos. Callaremos lo que no tengamos suficientemente contrastado y eso nos permitirá no caer en ninguna trampa, que nadie nos utilice como portavoz de sus intereses y que nuestras informaciones y nuestra firma se respeten. 

5. Hay que tener acceso a sumarios y declaraciones judiciales. ¿Cómo? Buscándonos la vida.

6. Hay que tragar saliva y echarle sangre fría, pero hay que tener línea directa con los más allegados a la víctima o víctimas cuya información estamos cubriendo. No solo anotar números de teléfono sino dar los nuestros y hacer entender a ese entorno que contar con nosotros puede resultar útil.

7. Ojo con los abogados. Con los mediáticos porque te la meten doblá con tal de chupar cámara y con los reticentes porque nuestro reto ha de ser convertir su desconfianza, su timidez o su agresividad en un instrumento de trabajo que podamos usar para informar lo mejor posible.

8. Después de una crónica viene otra. Al día siguiente o a la hora siguiente. Eso quiere decir que hay que ofrecer lo que tenemos de la mejor manera posible. ¿Que nos ha faltado algo por confirmar o por saber? Apenas terminemos un envío nos pondremos a trabajar para incluirlo en el siguiente.

9. Procurar no dejarse llevar por lo que se escucha en el lugar de los hechos entre los compañeros de cobertura. Muchas inercias o vicios adquiridos pueden derivar en que nos preocupemos por anécdotas con el consiguiente riesgo de perder tiempo y perspectiva de cara a lo verdaderamente sustancial de la información. Nosotros, por nuestro camino.

10. El periodismo de sucesos hace información y utiliza para ello las mismas herramientas que cualquier otra sección: seriedad, rigor, contraste de fuentes, concisión, datos y claridad en la redacción.

¿Qué es lo que NO hay que hacer? 

Desde que los programas de entretenimiento de muchas televisiones son capaces de matar por una décima de audiencia a costa de lo que sea, los sucesos han pasado a formar parte de sus contenidos prostituyendo la esencia del trabajo informativo. Como yo apuesto y apostaré siempre por la información (los sucedáneos, como tales, acabarán desapareciendo o reconvirtiéndose) he aquí lo que a mi juicio no debe hacer nunca un periodista en la cobertura de un suceso. 

1. No hay que hacerse eco de informaciones escabrosas sin haberlas contrastado más de una vez. Y aún así, aproximarse al hecho contándolo de manera aséptica, sin juicios de valor y sin adjetivos. 

2. No hay que dar cancha a los típicos testimonios histéricos de los espontáneos de la zona donde ocurre los hechos y que buscan su minuto de gloria 

3. No se debe faltar el respeto a los afectados por un suceso irrumpiendo en su intimidad. Basta con volver la oración por pasiva e imaginarnos que somos nosotros los afectados para entenderlo. El rigor informativo es mucho más solvente y respetable en la medida en que tras él existe el respeto hacia las personas que han sido víctimas de los hechos que contamos. 

4. No hay que hacer espectáculo. Sí, ya sé: complicado. Pero si nos dedicamos al periodismo de sucesos lo que tenemos que hacer es información. El espectáculo corresponde a los programas de entretenimiento, género tan respetable como discutible puede ser el tratamiento que dispensa a algunos de los asuntos que incluye en sus escaletas. 

5. No hay que precipitarse. Es preferible una bronca del redactor jefe porque le parezca escasa la información que ofrecemos, que arrepentirnos por haber cedido a las presiones y soltar algo que aún no habíamos podido verificar. El patrimonio de un periodista es lo que hace y firma él, y cuando la cargas la cagas tú, no quien te presionó para cagarla. 

6. No intimar con las fuentes. En la medida en que menos compadrees con ellas, más te respetarán 

7. No caer en la tentación de hacer valoraciones: datos, datos, datos. 

8. No copiar a otros. Y si lo hacemos los citaremos siempre. 

9. No apostar por el mal rollo. La competencia es sana; los codazos y los pisotones, no. 

10. No ser buitre. El periodista de sucesos no es un buitre, por mucho que haya de ocuparse de temas escabrosos.

Todo esto lo aprendí viendo trabajar y leyendo a Margarita Landi, Pedro Costa Muste, Emilio Lahera, Paco Pérez Abellán, Julio César Iglesias, Jesús Duva... y muchos más. Estos días, viendo el tratamiento del caso de la pequeña Asunta, los echo mucho de menos.

J.T.

viernes, 27 de septiembre de 2013

10 preguntas a Martínez Camino


"¡Qué quiere usted que le diga!"

Desaparecido en combate como está desde hace un tiempo, el todavía portavoz de la Conferencia Episcopal se vio obligado a comparecer este jueves en Tarragona para presentar un multitudinario acto previsto en la ciudad para el 13 de octubre. A la única pregunta con interés periodístico que se realizó en la rueda de prensa -qué le parece la opinión del papa sobre el aborto y los homosexuales-, Martínez Camino respondió textualmente:

- Me parece muy bien, ¿qué me va a parecer? ¿cómo...? ¿qué quiere usted que le diga? Me parece muy bien. 

"¡Qué quiere usted que le diga!" 

Esa es la frase que delata el desconcierto del otrora altivo Martínez Camino, su descoloque, su contrariedad y su esfuerzo por el autocontrol ante una pregunta incuestionablemente incómoda tanto para él como para su jefe Rouco quien, desde el 13 de marzo, fecha en que Francisco apareció en el balcón del Vaticano, tampoco da muchas señales de vida.

Pues, señor Martínez Camino, le voy a especificar aquí algunas de las cosas que "queremos que nos diga"

1.- Queremos que nos diga qué le parece que tantas diatribas como se marcó usted durante años hayan quedado desautorizadas.

2.- Queremos que nos diga qué le pareció la proclama que Francisco hizo en Julio en Lampedusa contra el comportamiento hipócrita ante la inmigración.

3.- Queremos que nos diga qué le parecen las declaraciones de Pietro Parolin, que el próximo 15 de octubre relevará como número dos del Vaticano al controvertido Tarsicio Bertone en la Secretaría de Estado, afirmando que el celibato no es un dogma y que se puede discutir porque se trata de una tradición.

4.- Queremos que nos diga, como portavoz que es de la Conferencia Episcopal, su opinión y la de sus compañeros sobre lo que Francisco le dijo a los nuncios de todo el mundo cuando los reunió allá por junio, ¿se acuerda? Les dijo que los obispos tienen que estar menos por las pompas y más por el trabajo a pie de calle; más por la austeridad y menos por ir de "príncipes" por la vida.

5.- Tampoco estaría de más que valorara la visita que Bergoglio realizó del pasado día 22 a Cerdeña cuando en Cagliari denunció al "sistema económico global" como la causa directa del paro y la pobreza
e invitó a la gente a unirse para hacerle frente, para luchar contra él, para desenmascararlo: una invitación clarísima a la rebelión social, a no resignarse, a no conformarse... 

6.- Y sobre la rotunda afirmación que el jefe del Estado Vaticano hizo la semana pasada proclamando que jamás ha sido de derechas, ¿qué nos dice?

7.- También nos gustaría saber cómo ve la posible presencia de mujeres entre los cardenales.

8.- Queremos su opinión sobre la manera de gestionar viajes como el del Río: mezclándose con los jóvenes, haciéndose fotos con ellos, confraternizando con los periodistas en el avión...

9.- También queremos que nos aclare si los obispos españoles van a continuar con su demencial cruzada contra el uso del condón. 

10.- ¿Y qué nos dice de esta frase recogida textualmente en unas recientes declaraciones de Francisco a la revista "Razón y Fe"?:  "No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo no he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto... no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar".

En pocas palabras, atildado monseñor, contestando a su atropellado comentario-pregunta en Tarragona ("qué quiere usted que le diga") lo que queremos es que tanto usted como su mentor Rouco sean claros por una vez en su vida: que se la envainen públicamente o proclamen sin rodeos su indisimulable mosqueo con los mensajes de un papa que nos tiene descolocados a todos, a los que seguimos sin fiarnos de él y a los que, como ustedes, nunca se fiaron ni de su sombra.

J.T.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Las flores en el culo también se marchitan


Al conocido chiste del anciano con la familia desestructurada (exiliado hasta los 27 años, mujer inmigrante, un yerno drogadicto y otro presunto corrupto, nuera divorciada..) le falta la condición de "pupas" de su protagonista. 

No hay rincón de su casa, ni fuera de ella, donde no haya acabado pegándose una hostia este venerable anciano de 75 años. Ha destrozado cristales de ventanas tras estrellarse estrepitosamente contra ellas, apadrinó a su hija mayor en su boda con el brazo en cabestrillo, se le han disparado pistolas sin querer, ha presidido decenas de actos con muletas o con el ojo a la virulé, se ha pegado tortazos históricos por tierra, mar y aire... Esquiando, navegando, cazando... Cazando. 

Yo creo que el ciudadano Juan Carlos ha tentado demasiado la suerte. Hay que reconocer que acredita una amplia, y en muchos casos bastante reconocida, hoja de servicios. Durante decenios supo moverse con la habilidad suficiente para conseguir superar una abultada y arriesgada carrera de obstáculos. Eso ha sido así hasta tal punto, que las hemerotecas están repletas de testimonios de insignes rojos, de reconocidísimos republicanos que le han comido en la mano durante años bajo la frase-coartada "yo no soy monárquico, pero soy juancarlista". 

Tenía Borbón y Borbón sin duda una flor en el culo. Pero todo tiene su principio y su fin, y hasta las flores en el culo acaban marchitándose. Su acreditada intuición para adelantarse a las adversidades parece que no le ha funcionado últimamente. Desde Botswana (abril de 2012) el viento cambió y le hubiera sido muy útil, a él y a todos nosotros, que su proverbial sexto sentido le hubiera funcionado para actuar en consecuencia y adelantarse a los acontecimientos diciendo señores ahí os quedáis. 

No ha sido así y él sabrá por qué. En el último año y medio todo lo que rodea a Juan Carlos y a su familia va cuesta abajo y sin frenos. Trapos sucios de su vida privada expuestos al sol, un violento levantamiento de veda que ha rellenado horas y horas de antena en programas televisivos sin escrúpulos, miembros de la familia haciendo el paseíllo en los juzgados por presunta corrupción, una hija huyendo a Suiza... 

Ni siquiera su precaria salud, que le vuelve a colocar en clara situación de minusvalía dependiente durante los próximos no sé cuantos meses, parece que sea suficiente para que ni él ni nadie de quien le rodea se plantee hasta aquí hemos llegado. 

La ocasión la pinta calva y los acontecimientos se lo están poniendo a huevo. Nunca una retirada a tiempo iba a ser mayor victoria. Le están creciendo todos los enanos y él lo sabe. Aunque ha perdido un año y medio precioso, aún está a tiempo de rematar la faena en condiciones no del todo desfavorables. 

Ha gastado cuarenta años de su vida rompiendo puentes con su predecesor, que fue jefe de Estado hasta el último día de su vida. Estoy seguro que no va a querer parecérsele ni en eso.

J.T.

martes, 24 de septiembre de 2013

Los parados, esos sospechosos a los que hay que vigilar


Dado que ellos están instalados en la delincuencia (presunta, claro), en la mentira y el cinismo descarados; vista la inflación de casos por corrupción a mano armada a los que tienen que hacer frente no resulta demasiado extraño que Rajoy y su impune cuadrilla traten a los ciudadanos como presuntos delincuentes.

Ahora toca, porque así lo ha decidido Empleo, que los parados -a los que ya se declaró oficialmente vagos y sospechosos hace algunos meses- informen obligatoriamente de sus viajes al extranjero. No vaya a ser que tengan la suerte de encontrar ese trabajo que aquí les escatiman.

Estado policial. Al contrario de lo que proclama la legalidad todavía vigente, nos tratan como presuntos culpables. Quizás porque no les quepa en su cabeza que la media ponderada del ciudadano de a pie no funciona con la caradura y la desvergüenza que ellos se gastan.

No gobiernan para los ciudadanos, sino contra los ciudadanos. Lo que en realidad les gustaría es transformarnos en súbditos. Y actúan como si aspiraran a conseguirlo. Son nuestros empleados pero se comportan como los tiranos. Les financiamos sus nóminas, sus dietas y sus devaneos y ellos a cambio nos pagan con su desconfianza, su desprecio y su ninguneo.

Nueve millones de pensionistas les preocupan menos que una bronca de Merkel. Medio millón de enfermos de cáncer obligados a pagar el diez por ciento de fármacos que pueden llegar a costar varios cientos de euros les preocupa menos que una admonición del Banco Central Europeo. Decenas de miles de estudiantes en la cuneta por no tener dinero para pagar sus matrículas le importan menos que una mala cara de Botín o Fainé.

Esos son ellos. Así funcionan estos magníficos trileros enrocados en un poder que prostituyen y desligitiman con su manera de ejercerlo. No solo hacen lo contrario de lo que prometieron, sino que además nos someten a libertad vigilada.

Gobernantes sinvergüenzas como son, no parecen capaces de imaginar que los gobernados no lo seamos. Y legislan partiendo de la idea de que somos unos pillos, unos tramposos dispuestos a robar y mentir como ellos.

Con sus políticas han buscado la ruina a cientos de miles de trabajadores a los que han convertido en parados. Y ahora, en lugar de buscarles empleo, les buscan las cosquillas.

J.T.


jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Quién engaña a los inmigrantes?


Cruzan a nado el espigón de El Tarajal en Ceuta o tumban la doble y elevada valla de Melilla con orquestados saltos acrobáticos. Consiguen pasar y al día siguiente sus caras de alegría aparecen en las primeras páginas de los periódicos dibujando triunfales signos de la victoria con sus dedos magullados. En la tele compruebo extrañado su alborozo y en la radio escucho, desconcertado, sus cánticos: "Oé, oé, oé, viva España"... Me cuesta entenderlo.

Hace cinco-diez años, cuando me dedicaba a contar estas historias para los informativos de la tele, yo hablaba con ellos en los CETIs (Centros de Internamiento Temporal de Inmigrantes) de Ceuta o Melilla, o en los puertos de Tarifa, Motril o Almería y creía entenderlos. Los infiernos de donde venían les impelían a jugarse la vida y apostar por gastarla, en caso de sobrevivir, en la que ellos consideraban prometedora tierra de leche y miel. Alguien los ha engañado, pensaba yo ya por aquel entonces, pero aún así los entendía.

Quizás no era engañados, sino encandilados como tomaban la decisión de lanzarse a la aventura. Me consta que muchos habían forjado sus sueños de futuro viendo los canales españoles de televisión y el mundo irreal que transmitían muchos programas de hace años (casa bonitas, calles llenas de gente con ropa atractiva, mercados atiborrados de alimentos de calidad, cocineros recomendando recetas de ensueño, campos de fútbol con el césped sembrado de jovenzuelos millonarios…)

Pero a estas alturas no lo entiendo. Ahora, en la televisión, aunque continúa hablándose de los pornográficos salarios de algunos futbolistas también se habla, y mucho, de crisis; se cuentan historias de familias españolas que lo pasan muy mal para poder comer; se cuenta cómo crece el paro cada mes, cómo hay mucho inmigrante que ha elegido volver a malvivir en su país en lugar de hacerlo aquí; también se cuenta cómo le quitan las casas a quienes no pueden pagar la hipoteca y cómo hay quien acaba con su vida por no ser capaz de afrontar tanta adversidad.

Tiene que ser muy grande su infierno para que, si saben lo que está pasando, celebren llegar aquí como lo hacen. Quiero pensar que les faltan datos o que la desesperación les hace confiar a ciegas en quienes les engañan. No creo que sea la tele. No creo que sea el ministro Montoro proclamando triunfal que “España va a asombrar al mundo muy pronto” quien los seduzca, tampoco creo que les motive la bajada de la prima de riesgo o la venta de optimismo al por mayor de un gobierno instalado en la negación de todas las evidencias hasta el punto de conseguir desesperar incluso a sus más fervientes incondicionales.

Muchos de los inmigrantes que yo conocí en los CETIs fueron repatriados o sobreviven vendiendo cedés piratas por los bares, o pañuelos en los semáforos de media España. Han asumido ya que esa va a ser su vida. Son pocos los que trabajan de manera regular, los que han podido organizarse con trabajos que les permiten tener bicicleta, piso barato compartido con media docena de compatriotas y, en casos excepcionales, coche de decimotercera mano. Eso tras nueve horas de extenuante faena bajo los plásticos de invernaderos caldeados. Horas  pagadas a precio de infamia merced a esa reforma laboral de la que tanto se pavonean Báñez, Soraya SS y compañía.

No creo que quien se juega la vida y paga además un dinero a las mafias para llegar hasta aquí aspire a esa vida de explotación, miseria e incertidumbre. Tampoco pienso que hayan ni oído hablar de esa entelequia llamada Eurovegas ni de sus presumibles decenas de miles de puestos de trabajo, un mafioso proyecto que cada día que pasa tienen más pinta de acabar yéndose al carajo.

Parece de coña que nuestros hijos escapen hacia el norte ante la falta de expectativas en nuestro país, y los jóvenes de más al sur peguen saltos de alegría cuando consiguen llegar hasta aquí. ¿Cómo ha de ser su miseria para que esto les parezca jauja?

Del norte -todavía- nos visitan viejos jubilados en busca de sol, de luz, de buen clima. Del sur, jóvenes fibrosos que temen morirse de inactividad y malnutrición si se quedan en su tierra. Y nosotros, aquí en medio, en un país triturado y desguazado durante años por sinvergüenzas y desaprensivos, pero un país cuyas apariencias parece que aún consiguen "dar el pego". Somos como esos estirados y dadivosos aristócratas venidos a menos que aguantan durante tanto tiempo el tipo disimulando su miseria que, cuando se arruinan del todo y necesitan que alguien les ayude, entonces ya nadie les cree.

J.T.


lunes, 16 de septiembre de 2013

La ultraderecha asoma la patita


Episodios como el asalto por parte de un grupo de radicales a la Oficina de Turismo de Catalunya en Madrid cuando se celebraban los actos de la Diada en el centro cultural Blanquerna, a mí me dan mucho miedo. Al menos mediáticamente, creo que se ha pasado demasiado de puntillas sobre el asunto. 

Los ultras llevan mucho tiempo aumentando sus áreas de influencia y esto no pinta nada bien. No puedo evitar asociar ideas y recordar aquellas irrupciones de los fascistas, en plena Transición, los domingos por la mañana en el Rastro madrileño arrasando con todo lo que pillaban por delante. Aquellos guerrilleros de cristo rey que en el 78, cuando en el parlamento se cocinaba la Constitución, andaban por Madrid campando por sus respetos. O aquellos ultras que, en enero del 77, acabaron con la vida de varios abogados laboralistas en un despacho de la calle Atocha de Madrid.

Estos de ahora son también grupos violentos. Esa es la cuestión. La parafernalia de la que se rodean asusta (banderas, eslóganes e himnos nostálgicos); sus ideas escandalizan... pero el problema es que no se detienen ahí: en ocasiones ha habido víctimas, como se encarga de recordar el Movimiento contra la Intolerancia en sus informes anuales (Informes Raxen)

Los datos que figuran en el informe de 2012 (página 84) estiman en unos 4.000 los incidentes y agresiones al año; localizan grupos racistas y xenófobos en todas las Comunidades Autónomas; cifran en más de 1.000 los “sites” (webs, blogs, canales, foros, redes...) xenófobos y de intolerancia. Los conciertos de música neofascista son decenas al año. La cifra de ultras y neonazis estaría ya por encima de los 10.000 en toda España. Y el informe habla también de ¡más de 80! personas muertas desde 1992 por "crímenes de odio".

Pese a la ausencia de datos oficiales, los datos del Informe "Raxen", que aparecen documentados con fechas, lugares, nombres y apellidos, permiten deducir que existe una cifra oculta que puede ser mucho más elevada. Detesto los alarmismos, pero me preocupa la táctica del avestruz que desemboca, por ejemplo, en que actos como el de la irrupción violenta en el centro Blanquerna no se detecten de antemano.

Según contaba Luis Izquierdo el pasado domingo en "La Vanguardia", partidos como Falange, Nudo Patriota Español, Alianza Nacional, Movimiento Católico Español y Democracia Nacional se han sumado a un movimiento conocido como "La España en Marcha", que ha convocado una capea para el próximo día 28 de Septiembre en la que se anuncia "la quema de trapos separatistas" junto a la foto de una estelada ardiendo.

El 12 de octubre, día de la Hispanidad, está anunciado un acto en Barcelona para reclamar la españolidad de Catalunya que figura en las webs de casi todos los partidos aludidos. En la de Falange Española puede leerse: "No permitas que troceen tu nación. Planta cara al separatismo"

En la página de Democracia Nacional, este partido mostraba hace unos días su "incondicional apoyo a los jóvenes que el pasado día once de septiembre mostraron su indignación y oposición frente a los movimientos abiertamente secesionistas que se están produciendo en Cataluña".

En el perfil de Facebook de Unidad Nacional Española, que cuenta con 7.000 fans, se dice que "Catalunya es la comunidad más corrupta de España, la región peor gobernada y administrada por trogloditas, que se enriquecen abusando y empobreciendo a la población para luego echarle las culpas al resto de España".

No es  ninguna broma todo esto. Como no lo es "Amanecer Dorado" el referente griego de estos grupos, que el viernes pasado agredieron con palos y barras de hierro en el Pireo a un grupo de 30 jóvenes que pegaban en la calle carteles del Partido Comunista. Ocho de los agredidos acabaron en el hospital. 

J.T.

viernes, 13 de septiembre de 2013

¡Qué aburridas son las declaraciones de los políticos!


Si el comportamiento del ser humano es perfectamente previsible, el de los políticos, a ratos también humanos, lo es todavía mucho más.

Soraya SS y su cohorte se podían haber ahorrado sus declaraciones tras la Diada: todos sabíamos, o nos temíamos,  que iban a apelar a la mayoría silenciosa. Como la consejería de Interior catalana se podía haber ahorrado la suya: todos sabíamos que iba a exagerar la cifra de participantes que cubrieron los más de 400 kilómetros de la "Vía catalana por la independencia". Susana Díaz, la nueva presidenta andaluza, se podía haber ahorrado la no-contestación de esta mañana en la Ser cuando Pepa Bueno le preguntaba sin éxito una y otra vez si reconsideraría el nombramiento de Griñán como senador en el caso de que resultara finalmente imputado en el asunto de los Eres. Totalmente previsible su "si eso se produce, ya se verá".

Y así podríamos seguir hasta el último cargo del último pueblo de España, fuere del partido que fuere: raramente nos sorprenden, raramente se saltan el guión, raramente transgreden las declaraciones de manual del que todos acaban echando mano para ir tirando, que el tiempo pase y la velocidad con la que unas noticias matan a otras juegue a su favor.

Yo propondría a los políticos una técnica para que todos ahorráramos tiempo y dinero: catalogar del uno al cien, o al mil o al dos mil, da igual, las respuestas más previsibles, las más repetidas, que además por lo general suelen ser sosas, planas, ambiguas y con escaso o nulo interés. Así a sus asesores les bastaría con hacernos llegar el número de respuesta que toca en función de lo que le preguntemos; nosotros tiraríamos de directorio y... ¡hop! cobertura resuelta:

- Oye, le diríamos, qué valoración hace tu jefe de...?

- La 83, nos contestaría, por ejemplo. Y ya tú sabrías que la contestación que tendrías que colocar, según aparecería en el directorio, sería: "Respeto las decisiones judiciales"

- La 25. Iríamos al manual y copiaríamos: "No he podido leer aún el informe al que usted se refiere"

Respuestas como "Habrá que estudiarlo antes de tomar una decisión" o "Es mejor esperar a ver qué dicen los expertos" tendrían también su correspondiente número. Podrían agruparse por temas, en distintas "carpetas", de tal modo que fuera muy fácil echar mano de frases como "Esto va mejor", "El trimestre que viene mejoramos ya seguro" o "Estamos saliendo de la crisis". La de los "brotes verdes" estaría en la carpeta de frases poco afortunadas o quemadas de tanto usarse. Y no podría faltar ni un apartado con perífrasis enrevesadas para que tarde en entenderse lo que realmente quieren decir ni frases que de pronto se ponen de moda como "Estamos en un tiempo nuevo".

También, cómo no, dispondríamos de un manual de réplicas basadas en el "y tú más". Arsenales de datos a los que recurrir apenas el aludido por un determinado ataque quisiera replicar. Ahorraríamos tiempo, desplazamientos, material, minutados y transcripciones. Serviría para lo mismo, es decir, para nada, pero sería mucho más barato, más limpio y más breve.

Fuera ya de coñas, yo creo que ha llegado el tiempo en que los políticos tendrían que dejar de ser tan previsibles. No puede ser que cada vez que salen los datos del paro, del IPC, la encuesta del CIS  o la cifra de muertos en carretera sepas ya de antemano cuáles son los "totales" que te van a soltar. ¿Para qué tanto gasto en liturgias inútiles?

El tiempo que perdemos en darle bola a bustos parlantes que comparecen de manera periódica con la pasmosa habilidad de no decir nunca nada nuevo, de repetir siempre la misma y cansina cantinela, es tiempo que no utilizamos para lo verdaderamente indispensable en periodismo: trabajar esas historias a pie de calle que tantas veces se nos escapan vivas, esas que todos estamos deseando conocer y propagar, y que los políticos tanto temen que salgan a la luz (los nombres y las caras de los ciudadanos que sufren las consecuencias de su manera de gobernar: enfermos sin operar, dependientes sin atender, niños sin comer, sí, sin comer; parados sin perspectivas de trabajar, desahuciados por no poder pagar los plazos de la hipoteca...)

Por eso nos entretienen diciendo sin decir, compareciendo sin contar nada, o mintiendo descaradamente cuando ya se ven acorralados. ¡Cuántas previsiones informativas cuya obligada cobertura nadie osa hoy por hoy discutir dejaría yo con un palmo de narices! Porque entre que convocan para entretener y que tú caes en la trampa de acudir (por criterio periodístico unas veces y por imposición empresarial otras), se te va pasando el arroz, pierdes el tiempo, los recursos y las energías... y los meses van transcurriendo. Tú sin contar las historias que realmente sabes que interesan y ellos sobreviviendo. Hasta que todo estalle.

Porque entre los factores del comportamiento humano que son perfectamente previsibles está también la pérdida de la paciencia, que suele aparecer cuando quienes te gobiernan no solo te toman por tonto día tras día sino que no se cortan un pelo en mentirte en tu cara usando, además, previsibles frases de manual. Todo tiene un límite.

jueves, 12 de septiembre de 2013

El ridículo cabreo del consejero andaluz de Justicia

Emilio de Llera Suárez-Bárcena, 62 años, consejero andaluz de Justicia e Interior

Hartito estoy de soportar a políticos que quieran llevarnos a los periodistas el manillar de la bicicleta. Pero que muy harto de tanto descolocado prepotente que piensa que los tentáculos de su poder están en condiciones de abarcarlo todo.

Yo entiendo que Esperanza Aguirre, por ejemplo, monte en cólera cuando llega a un sitio de incógnito, se encuentra un equipo de Telemadrid y acto seguido se permita, no solo preguntarles qué hacen allí, sino echarles un broncazo por estar en un sitio en el que a ella no le interesaba contar con cobertura periodística. Entiendo que Aguirre se atreva a estas cosas porque de una persona como ella lo que resultaría ingenuo sería esperar lo contrario.

También entiendo que Fidel Castro viaje a España, le pregunten en rueda de prensa una presunta indiscreción fuera de guión y conteste exaltado: ¿Y cómo tú lo sabes? Lo que quería decir en realidad es "cómo te atreves", pero los reflejos le debieron hacer caer en la cuenta de que no estaba en su país y que aquí, al menos sobre el papel, la prensa todavía pregunta lo que le da la gana.

Pero lo que no puedo entender, ni admitir bajo ningún concepto, es que un consejero socialista andaluz ("socialista", esa etiqueta que antes servía para denominar a un político de izquierdas), titular de la cartera de Justicia e Interior, se cabree porque una colega suya llamada Mercedes Alaya le reviente la fiesta de toma de posesión y eso lleve a Emilio de Llera, que así se llama el consejero, a meterse en camisa de once varas.

Cuando, tras la presentación pública del flamante gobierno andaluz, vio venir en tromba hacia él micrófonos y cámaras lo que menos podía imaginar es que iban a contarle que Alaya acababa de hacer público un auto en el que "empuraba sin empurar" a Chaves, Griñán y cinco ex altos cargos más de la Junta por el inacabable asunto de los Eres.

- ¿De verdad lo ha sacado hoy? preguntaba un estupefacto de Llera, que empezaba a sospechar que se había metido en un charco atendiendo a los periodistas. La vanidad le había impedido maliciarse que podía tratarse de un marrón y ahí estaba ahora el hombre procurando que no se le notara demasiado el desconcierto:

- Será otra casualidad, decía, increíble que haya elegido para hacer público el auto el día de la toma de posesión del nuevo Gobierno.

Y entonces fue cuando, de todas las opciones que un político tiene para salir de un jardín como ese, Emilio de Llera Suárez-Bárcena eligió la peor:

- No vamos a hablar más de la juez, proclamó rotundo. Hoy el protagonismo es del Gobierno, y vamos a hablar del Gobierno, que es mucho más importante que cualquier juez que haya en Andalucía. 

¡Ea! Otro político más empeñado en arrogarse la potestad de ser él quien atribuye el grado de importancia a los asuntos de actualidad. Otro Mariano. Otro Umbral dispuesto a liarla parda si no se habla de su libro. ¡Qué cruz!

Señor de Llera, le invito a que repita conmigo cinco cositas. Es fácil, a ver:

1. En España existe la libertad de prensa, aunque muchas veces no lo parezca.

2. En Andalucía, como en todo el Estado español, los periodistas preguntan lo que les da la gana a los políticos. Ustedes, por supuesto, pueden responder lo que les parezca, que es lo que hacen.

3. El periodismo consiste esencialmente en tocar las narices al poder. Contar lo que el poder quiere que se cuente se llama propaganda, no periodismo.

4. Que los periodistas sean incómodos para los políticos es una necesidad y una garantía para los ciudadanos, que al fin y al cabo son quienes pagan las nóminas de quienes les gobiernan.

5. Igual que la realidad se empeña en estropearnos buenos reportajes a los periodistas, también a veces se empecina en destrozarles a los políticos las fiestas de toma de posesión.

La vida es dura, consejero de Llera, pero créame, no caiga más en la tentación de matar al mensajero ni de indicarle por dónde tiene que ir su trabajo. No vuelva a hacer el ridículo recurriendo a tópicos tan manidos como que "hay cosas muy graves en la sociedad y mucha gente pasándolo muy mal para hablar ahora de lo que ustedes me preguntan". 

Yo entiendo que debe joder mucho estar esperando toda la vida salir en las primeras páginas de los periódicos, que ese día llegue y que cuando te las estabas prometiendo felices porque pensabas ya en los marcos que le ibas a poner a las fotos y dónde las ibas a colgar, a los periodistas les dé por atribuirle más importancia a un auto judicial con nombres tan sonoros que acaban robándote el protagonismo de las portadas y desplazándote a páginas interiores:

- Lo importante es el gobierno, repetía desesperado de Llera ante los pocos micrófonos que iban quedando a su alrededor desde que dijo que no pensaba hablar más del Auto de los Eres. No se fijen ustedes en otros detalles de muchísima menos relevancia..."

Así que "Nuevos Tiempos", ¿no, presidenta Díaz?

J.T.


martes, 10 de septiembre de 2013

Yo también te quiero, Carlos Herrera



Subidón de autoestima: este humilde bloguero ha tenido el honor de ser vituperado en las ondas por todo un monstruo de la radio como el poliédrico Carlos Herrera. Os cuento:


Siete cuarenta de la mañana del lunes 9 de septiembre. Revista de prensa en Herrera en la onda. "Fíjate si se le podrán criticar cosas a Susana Díaz", le cuenta el encargado de la recesión a su señorito. "Pues fíjate, continúa el mozo de espadas, lo que condena en ella un tal Tortosa en "Público": haber jurado su cargo ante un crucifijo" 

Y acto seguido lee textualmente uno de los párrafos del post que publiqué el pasado sábado y en el que yo exponía lo innecesario que me parece que, en un estado laico, un cargo público tome posesión haciendo ostentación de algo tan personal como sus creencias religiosas y jure en lugar de prometer (del inexistente crucifijo, por cierto, yo no hablaba en mi post, como puede comprobarse si se pincha aquí)

El párrafo del post que me hizo el honor de leer en Onda Cero el turiferario de Herrera quince minutos antes de las ocho de la mañana de este lunes es el siguiente: 

"A estas alturas de la película, jurar un cargo institucional en nuestro país no es una afirmación de tu conciencia, es una declaración de principios excluyente y evitable"

Una vez puesto el toro en suerte, el maestro Herrera agarra un par de banderillas, se sitúa en el centro del ruedo y suelta:

- "Evitable es Tortosa, me parece a mi" Y acto seguido el pelotas y él van y se descojonan a mandíbula partida de la gratuita gracieta. Minutos antes le habían llamado "paletada" a la Diada de Catalunya, habían criticado la falta de "misericordia" con Ana Botella y llamado de todo a quienes se han alegrado por el estrepitoso fracaso de Madrid 2020 en Buenos Aires. Estilo faltón que no falte, que hay que complacer a los tendidos, siempre ávidos de sangre. Roja, claro.

Ya con el capote en la mano va Herrera, se viene arriba y remata la faena halagándome con la siguiente "reflexión": 


No pienso entrar en el carácter de injuria que pudiera tener esa retorcida manera de insultar a alguien. Paso. Pero sí quiero agradecer de corazón haber tenido el honor de merecer un minuto de atención de tan augusto masca. 

Agradecerlo y, qué menos, permitirme parafrasear un poquito su rebuscado halago

Para mí es muy duro tener un amigo amoral y que no lo sepa. O sí lo sabe?

Para muchos como yo, que tan buenos ratos pasamos en el Madrid de los 80 con un bigotudo encantador recién llegado de Barcelona con 25 años, es muy duro haberlo visto convertirse en lo que se ha convertido.

Para mí es muy duro comprobar cómo alguien que crees tu amigo opta por un infame chascarrillo a tu costa antes que por la lealtad. 

Para mí es muy duro comprobar a diario su falta de prejuicios.

Para mí es muy duro que un amigo se muera, no porque se haya muerto, sino porque ha dejado de ser quien era. Muy triste que de pronto decida insultarte en público por tu manera de pensar cuando tú llevas años dedicándote a defenderlo anteponiendo la antigua amistad a cualquier otra consideración política, económica o mediopensionista. Aunque ya no os frecuentarais, había sido tu amigo y no tolerabas que delante tuyo se le llamara ni facha, ni trincón, ni ninguno de los cientos de epítetos que se le suelen dedicar por tantas esquinas.

Seguiré comportándome de la misma manera. Quiero pensar que su insólita embestida es atribuible al jet-lag (acababa de llegar de Argentina tras el batacazo), a la falta de guión en un precipitado y convulso lunes o probablemente a una cierta propensión a los desahogos gratuitos comprobado como tiene que suelen quedar impunes. En cualquier caso, no tiene más recorrido esto, así que sin más quedo profundamente reconocido por la atención que Herrera y sus chicos han tenido a bien dispensarme. Un honor. Y un subidón. Yo también te quiero, Carlos.

J.T.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Gracias, COI


Me imagino a Ana Botella, Ignacio González y Mariano Rajoy pegando los botes que vi pegar a los japoneses cuando supieron que Tokio había sido elegida como sede olímpica para 2020 y la verdad es que experimento una enorme sensación de alivio.

Miedo me daba la explotación triunfalista que hubiera supuesto ser los afortunados en el bombo. 

Miedo me daba la utilización torticera y descaradamente propagandística de la fallida designación. 

Cuando quedaban seis horas para el chasco, el informativo de tve del mediodía del sábado le dedicó a la expectación media hora seguida antes de pasar a las verdaderas noticias. Centenares de desplazados en un carísimo y escandaloso despliegue que ahora vuelven con el rabo entre las piernas, cabizbajos y sin saber qué hacer con todas las botellas de cava (porque espero que fuera cava y no champán) que habían puesto a enfriar.

Os imagináis el machaque que nos hubiera tocado sufrir de haber sido Madrid la elegida como sede de los Juegos Olímpicos de 2020?

No hubiera sido un triunfo de España, sino un éxito de este gobierno pepero que “gestiona de puta madre” y cuyos presuntos y escasamente tangibles logros parece que Obama, ese Obama cada día más decepcionante, dicen que le ponderó a Rajoy en un pasillo durante la reunión del G-20 para mayor gloria de la propaganda monclovita, que no se cortó un pelo en difundirlo hasta la extenuación.

No quiero ni imaginarme el machaque al que nos hubieran sometido si nos llegan a elegir:
- Nos han elegido porque les gusta nuestra Reforma Laboral
- Nos han elegido porque hemos sabido evitar el rescate
- Nos han elegido porque hemos bajado la prima de riesgo (después de haberla subido) más de trescientos puntos

Ya no harían falta Gibraltar ni trampas similares para desviar la atención de la escandalosa corrupción descubierta en el partido que nos gobierna. Madrid 2020 hubiera relegado a Bárcenas, los sobresueldos, el paro, la ausencia de crecimiento... Todo al trastero de los sucios asuntos que no interesa airear.

Hubiéramos tragado 2020 hasta en la sopa con tres fulgurantes estrellas en cabeza de cartel: Ignacio González, Mariano Rajoy y Ana Botella.

Le doy muy sinceramente las gracias a los miembros del Comité Olímpico Internacional por habernos librado de la que se nos venía encima. 

La parafernalia con la que ya habían asomado la patita para celebrar la presumible y frustrada designación nos hubiera estado persiguiendo sin piedad durante los próximos siete años. Lo siento, Mariano, pero vas a tener que inventarte otra cosa.

J.T.

sábado, 7 de septiembre de 2013

El juramento de Susana Díaz


Yo no sé si el militar israelí Moshe Dayan, con aquel terrorífico parche en el ojo izquierdo, ponderaba con los suyos que su jefa, Golda Meir, fuera mujer. Por cierto, de armas tomar y nunca mejor dicho.

Yo no sé si en la Cámara de los Comunes o en el Partido Conservador británico enaltecían el hecho de tener una jefa como Margaret Thatcher , que además era capaz de dejar morir de hambre a miembros del IRA, acabar con cuatro activistas en Gibraltar o liquidar el asunto de las Malvinas como lo hizo. 

No sé entonces por qué hay que echar tanto las campanas al vuelo porque Susana Díaz haya llegado a la cúspide del poder en la Junta de Andalucía. Que una mujer llegue al poder no tendría que tener más relevancia de la que tiene que llegue un hombre. Hasta ahora, la circunstancia de que Susana Díaz sea mujer no dota al hecho de ningún valor añadido. 

Como todo el que se estrena en un cargo Susana Díaz es un enigma, un melón si abrir, un regalo si se quiere pero sin desenvolver. He escuchado a históricas del Psoe como Carmen Romero o Amparo Rubiales congratularse porque por fin una mujer preside la Junta de Andalucía. Muy bien, pero que el primer gesto significativo del que va a quedar constancia en esta nueva era sea que Susana Díaz haya jurado el cargo en lugar de prometerlo a mí, directamente, me espanta. 

¿Necesitábamos tantas alforjas para un viaje en el que, tras luchar durante decenios con el mismo denuedo por un mundo igualitario y por una sociedad laica, la flamante presidenta andaluza debute en la plaza “jurando su cargo”? 

Hago sinceros votos porque ese gesto se quede en mera anécdota a la hora de gobernar, pero de momento ese proceder la acerca más a las mujeres del pp que tienen o han tenido poder en este país que, por ejemplo, a Michelle Bachelet. Yo no sé si Aguirre, Rudi, Botella, Mato o Teófila, por citar solo unas cuantas, juraron o prometieron el cargo en su día. Pero sí sé que Celia Villalobos, cuyo celo pepero nadie discute, ha pagado gustosamente multas por romper con la disciplina de voto cuando su partido se ha puesto meapilas en asuntos como el del aborto. 

Yo lo siento, pero que Susana jure su cargo (no lo hicieron ninguno de sus predecesores) me retrotrae al pasado y me pone directamente en guardia porque eso significa proclamar públicamente algo que debería pertenecer estrictamente a la esfera privada y cuya ostentación te lleva a la consiguiente asociación de ideas y a inevitables preguntas sobre cómo actuará en su cargo la nueva presidenta a la hora de afrontar patatas calientes como el aborto, la homosexualidad o la educación concertada en centros de confesión católica. 

Me gustaría que Susana Díaz alejara fantasmas pronunciándose en este sentido cuanto antes sin dejar ninguna sombra en su “ilusionante” gestión progresista. Quiero creer que no habrá trato de favor alguno hacia la iglesia católica y espero no verla de mantilla como a Cospedal en la Semana Santa o en la procesión del Corpus. 

A estas alturas de la película, jurar un cargo institucional en nuestro país no es una afirmación de tu conciencia, es una declaración de principios excluyente y evitable. 

Quienes estuvieron a las órdenes de Golda Meir o de Margaret Thatcher nunca pareció que le dieran importancia a que sus jefas fueran mujeres. Pero sí le dieron, y mucha, a su ideología. Y mientras no se demuestre lo contrario, al menos en nuestro país y con el gobierno de la nación que tenemos, la religión es ideología emparentada con una derecha a la que Susana Díaz, no me cabe la menor duda, combate. Podía haberse ahorrado el juramento.

J.T.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Todos quieren besar a Susana


A la una de la tarde y cinco minutos de este jueves cinco de Septiembre Susana Díaz se convertía en flamante presidenta de la Junta de Andalucía. Veinte minutos después debía ir ya por los mil trescientos cuarenta y seis besos, achuchón arriba achuchón abajo.

Hasta hoy, en las sesiones de investidura andaluzas, el primero en saludar al presidente recién elegido era el líder de la oposición. Javier Arenas corría veloz para que nadie se le adelantara a la hora de felicitar a Chaves o a Griñán. Pero esta vez ha sido Susana quien ha ido a buscar a Juan Ignacio Zoido, de momento líder de la oposición, para besarlo. Como tiene escrito Lourdes Lucio, Susana es mucho de besar y de llamarte "cielo" o "cariño" apenas te descuidas.

Están los besos protocolarios, los besos de compromiso, los besos besos y los besos como inversión. Hoy han besado a Susana, y lo he visto con mis propios ojos, muchos que hasta ayer la ponían a parir, que no han parado de llamarle "la niña" en tono despectivo, que la han intentado desacreditar por la manera de llegar, por lo que tardó en terminar la carrera o porque le falta poso.

Todos quieren besar a Susana, todos quieren besar a esa gran desconocida que va a gobernar la comunidad autónoma más poblada de España. Susana Díaz es una recién llegada. Una novata convertida en masca de la noche a la mañana por obra y gracia de una jugada de ajedrez que unos consideran fraudulenta yotros de chapeau. El verano comenzó con Griñán todavía de presidente y sin presumibles tormentas en el horizonte. Le quedan aún dos semanas largas a ese mismo verano, ha transcurrido un inhábil mes de agosto y... ula hop, hete aquí que al paisaje político andaluz  no lo reconoce ni la madre que lo parió. Al frente de la Junta ya no está Griñán, se fue, y ha irrumpido una profesional de la política de 39 años que reparte besos y abrazos por unos pasillos que hasta hace quince meses prácticamente ni había pisado.

Veo muchas caras de desconcierto. Supervivientes profesionales que temen por sus largo tiempo disfrutados chollos, atrincherados conscientes de la fecha de caducidad de sus cometidos que harán lo que sea necesario para continuar chupando del bote... Susana tiene ahí la difícil asignatura de saber separar el grano de la paja, de no dejarse llevar por adulaciones cargadas de veneno ni cabrearse con las críticas negativas cuando empiece a emborracharse de poder. Con el equipo nuevo que elija nos tiene que convencer de que todo esto no es mero maquillaje.

Yo le preguntaría por qué en su discurso de investidura  no se ha hecho eco del 15-M, qué tiene que decir cuando en la calle se grita "no nos representan", si está dispuesta o no, en su anunciada política de llevar los despachos a la calle, a debatir a cara descubierta con quienes abogan por poner patas arriba el vigente modelo de representación política. Me gustaría saber también si va a despojar al aparato de su partido de ese componente sectario que lo tiene anquilosado, si va a demostrar con hechos que, al contrario de lo que muchos ciudadanos piensan, el pp y el psoe no son la misma cosa.

Su anuncio de visitar los ayuntamientos de todas las grandes ciudades andaluzas está muy bien. Indica acercamiento y ganas de diálogo. Pero la ocasión la pintan calva y no creo que vaya a haber muchos momentos en la historia de Andalucía donde un gobernante tenga más a huevo hacer algo distinto. Díaz Pacheco tiene la oportunidad de que su gestión sorprenda tanto como ha sorprendido su llegada. Y no la puede dejar escapar.

Si quiere besar y ser besada, que se vaya a besar por los barrios más conflictivos y que escuche. Es verdad que es de familia humilde de barrio humilde. Pero ahora, a ejercer: que les diga a sus vecinos de siempre que va a plantar cara a los bancos, empresarios y facinerosos varios que llevan cinco largos años desvalijándonos. Que abandere una contestación para la que no me cabe duda encontraría respaldo suficiente, y que todo el mundo compruebe, con sus gestos, que no va a dedicarse a templar gaitas.

Izquierda Unida aprieta pero no ahoga, le ha dicho el portavoz de la formación antes de apoyar su investidura. Muy bien. Que se besen, besémonos todos. Muá, muá. Pero que ese cariño empiecen a notarlo cuanto antes tantos cientos de miles de andaluces machacados. Que los desheredados tengan motivos para celebrar el gobierno que nace estos días en Andalucía al mismo tiempo que los que llevan tantos años puteándonos empiezan a sentir el aliento en el cogote.

J.T.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Pepe Griñán, los cuervos y las víboras


Los plenos del parlamento andaluz se celebran en una antigua iglesia de cruz latina situada en el interior del antiguo y emblemático “Hospital de la Sangre” de Sevilla, también conocido como el “Hospital de las Cinco Llagas”. Tela con los nombrecitos. Allí, desde el 28 de febrero de 1992, y si nos situamos en la entrada principal, los parlamentarios del pp utilizan para dirigirse a sus escaños la puerta lateral izquierda, mientras que los del psoe e izquierda unida suelen usar la de la derecha, en el ala este.

El hospital se diseñó para que entrara mucho sol y corriera todo el aire que pudiera ayudar a sobrevivir a los tísicos del siglo XVI. Desde que fue rehabilitado y se convirtió en sede del Parlamento andaluz, el patio del ala este del Hospital de la Sangre ha sido siempre el patio del poder y, en consecuencia, el foco de atención de todos los que nos solemos dedicar a buscar la foto o la declaración más inmediata. 

Allí hemos perseguido durante años a Chaves, siempre adherido a sus inseparables Pizarro y Zarrías, y desde 2009 hemos podido observar, por dos veces en ese patio, cómo Pepe Griñán se movía nervioso durante los dos procesos de investidura que le ha tocado vivir mientras recibía, abrumado, besos y abrazos de todo el mundo. En ese mismo patio estaba hoy el dimitido presidente acompañado únicamente por Mariate, su mujer, cuando nos hemos saludado. He creído notar en su cara una inequívoca expresión de alivio ya, la de alguien que se quita un enorme peso de encima. Creo que Griñán se va encantado de la vida pero este miércoles, cuando concidí con él a la salida del discurso de Susana estaba un pelín emocionado. 

Mientras conversaba conmigo y con algunos compañeros que se fueron incorporando, no pude evitar una, digamos, extraña asociación de ideas (quizás no tanta sí tenemos en cuenta que estábamos al lado de una antigua iglesia con 400 años de historia) y me vinieron a la mente, salvando las distancias, las estruendosas palabras de Tarsicio Bertone, el cardenal que el próximo 15 de octubre dejará de ser el número dos del Vaticano cuando el otro día explicó sus tribulaciones de los últimos años: “Me atacó una red de cuervos y víboras”, dijo

No pude evitar, digo, asociar ideas mientras Griñán continuaba hablándonos ni preguntarme, en este premonitorio hospital de la sangre y de las cinco llagas, cuántos cuervos y cuántas víboras habrán sido los que han conseguido acabar con la paciencia y la capacidad de resistencia de un hombre que lleva en la política la mayor parte de su vida pero que siempre, desde que fuera ministro de Felipe González e incluso antes, nos dio a muchos la impresión de que estaba de paso y que se marcharía al día siguiente. 

Hoy su inminente sucesora le ha rendido pleitesía durante el discurso de investidura y sus compañeros le han dedicado un fuerte aplauso. Pero al salir ha podido comprobar cómo esta vez, en el ala este del parlamento andaluz, los focos se desentendían de él y acudían en tromba varios metros más allá, donde la próxima presidenta conseguía avanzar a duras penas entre enfervorizados parabienes, besos, abrazos y achuchones varios de avezados profesionales del peloteo. 

Un par de horas antes, en la cafetería del edificio, el presidente saliente y su mujer habían entrado a tomarse un café acompañados por tres miembros de su gabinete y por Mario Jiménez, su segundo en el psoe andaluz, formación de la que Griñán continuará siendo secretario general. 

- No le haces ninguna foto? le pregunto al amigo fotógrafo con el que estaba yo desayunando.

- Para qué, me contestó. Ahora Griñán ya no es nadie.

J.T.

martes, 3 de septiembre de 2013

Una habitación de hospital


- ¿Otra vez por aquí? ¿Cómo están? Les pedimos disculpas si no les atendemos con la rapidez de otras veces. Nos han quitado una enfermera por ala en cada planta. Los recortes, ya saben...

La amable enfermera que atiende a mi madre en sus inevitables y cada vez más frecuentes ingresos en el hospital se dirige así a nosotros al reconocernos. No se queja. Lo expresa como quien describe un paisaje, o como quien ya lo ha contado muchas veces: sin emociones, pero con precisión. Notamos que hay menos vasos, menos servilletas, menos material, digamos, de segunda necesidad.

- Aquí en la habitación hace frío con el aire acondicionado -me dice el hijo de la señora que comparte habitación con mi madre. Si se va a quedar usted de acompañante esta noche, más vale que consiga una sábana o una manta cuanto antes, que se acaban. Y si se la trae de casa, mejor.

Antes de subir a planta, durante el período de observación, pude escuchar en la sala conversaciones de familiares de otros pacientes: a todos empieza a costar más dinero que antes que alguien del entorno se ponga enfermo: medicinas que han quedado fuera de las recetas y que son imprescindibles, servicios para los que antes había ambulancias y ahora no...

Son señales que evidencian el comienzo del declive, pespuntes que anuncian que esos son los nuevos tiempos que llegaron para no marcharse. Será muy difícil volver a lo de antes. Veo a un conocido con una hernia abdominal cada vez más abultada, que ha venido acompañado de su mujer, aquejada de problemas vasculares. Ocho meses lleva él en lista de espera para ser operado. Más que indignados parecen resignados. Por cómo me hablan deduzco que han echado mano de su memoria de infancia, de su recuerdo de la tribulaciones familiares de hace cincuenta años y han decidido poner la mente en modo "resignación". Temen que las cosas, como sucediera en otros tiempos, vayan a peor.

No son los únicos. Aprovecho estos días de hospital para hablar con personas de toda edad y condición y concluyo que en su actitud está quizás la explicación de por qué las cosas no han reventado todavía. Los pacientes, por lo general personas mayores, les dicen a sus hijos y nietos que ellos ya se temían que esto fuera un paréntesis. No parecen tener conciencia de haber conquistado un derecho, sino de haber tenido suerte en una etapa de su vida en que la sanidad funcionaba fenomenal y las medicinas eran gratis. Y recuerdan una y otra vez lo mal que pintaban las cosas cuando ellos eran niños y la guerra estaba recién acabada. 

Salvo algunas excepciones, por lo general los mayores predican mentalidad práctica: las pensiones están amenazadas, sí, pero todavía las cobran. Las listas de espera crecen cada día porque los retrasos son cada vez mayores, pero todavía los operan sin tener que pagar. Cuando se les dice que si no se lucha ahora las cosas irán cada vez peor, buena parte de los enfermos y familiares de la planta en la que se encuentra mi madre no parecen estar muy por la labor de salir a pegar voces por las calles, por ejemplo. Introduzco unas monedas para que funcione el televisor y así las abuelas se entretengan un rato. Cuando llega la hora de las noticias, en el cuarto todo es unanimidad:

-¿Tanto dinero has puesto que no se apaga la tele todavía?, me preguntan
- Ya le queda poco, les digo ¿No queréis ver las noticias?
- ¿Para qué? Solo hablan de ladrones. Qué asco de políticos. Da igual unos que otros, todos se lo llevan a manos llenas.

Los ponen a caldo, es verdad, pero lo hacen en tono descriptivo. No parecen crispados ni enfadados. No se alteran. Se diría que ya han pasado por esto antes, que están escarmentados, que no tienen ganas de follones. Se diría que parece como si supieran que esto iba a llegar. Como si hubieran estado ensayando para cuando aparecieran los contratiempos. Como si hubieran estado ahorrando paciencia para ahora romper la hucha.

J.T.




domingo, 1 de septiembre de 2013

Rajoy se escaqueará todo el mes de septiembre


Llegó septiembre y nada parece que vaya a ser maravilloso, como vaticinaba la canción. Finalizó el singular paréntesis de este inquietante agosto y aquí están todos otra vez dispuestos a seguir mintiéndonos, a continuar con sus conspiraciones, sus desmentidos, sus estrategias de supervivencia, su afición por echar balones fuera y su firme determinación de no marcharse de las poltronas que ocupan ni con agua caliente.

Bárcenas continúa en Soto del Real pero Rajoy no quiere ni oír hablar de él. Algunos ministros están tentándose la ropa, aunque su jefe proclama a los cuatro vientos que está muy contento con todos. De momento, se dedica a ganar tiempo, fiel a su sempiterno y exitoso método. Al ostracismo agosteño le sucede ahora una desaforada vocación turística que le permitirá alejarse de los focos esos días en que se reanudarán los desfiles por los juzgados. 

Los muchos viajes previstos para septiembre van a permitirle a Mariano Rajoy llegar hasta octubre prácticamente desaparecido en combate, hábilmente escaqueado del incómodo día a día doméstico. Ha organizado la agenda de tal modo que va a estar casi todo el mes "de país en país y tiro porque me toca": el jueves 5 se marcha a la reunión del G20 en San Petesburgo, con lo que consigue estar missing ya en el primer consejo de ministros presuntamente comprometido. A continuación tiene previsto un paseíto por Argentina para ver si cae la breva y puede hacerse la foto porque le den a Madrid los juegos olímpicos de 2020. El día 25 probablemente asista a la Asamblea General de la ONU...

En fin: tierra por medio, pies en polvorosa para que el tiempo corra a su favor, que es a lo que Rajoy está acostumbrado. Y eso que se le ha chafado un encuentro con Xi Jinping en Pekín previsto también para este mes porque el presidente chino, versión oficial, no ha podido cuadrar la agenda para rendir la debida pleitesía a nuestro augusto mandatario.

Los días previstos para que en Andalucía haya nuevo gobierno y nueva presidenta, Mariano estará a por uvas para no perder la costumbre. Y el lunes 9, cuando se reúna el Congreso estadounidense para decidir si apoya o no la decisión de Obama de atacar Siria, ¿dónde estará Wally Rajoy? ¿Entenderá nuestro preclaro y nunca suficientemente bien ponderado mandamás que tiene algo que decir sobre el asunto? O el martes 10, ¿dónde estará Rajoy el día 10, día de Gibraltar? O el once, día de Catalunya y decimotercer aniversario del ataque a las torres gemelas de Nueva York...

Demasiados fregaos seguidos "pa su cuerpo". Demasiado trasiego para un Mariano al que solo le interesa la supervivencia, que vaya pasando el tiempo, que nos vayamos cansando de meterle caña, que las cosas languidezcan por sí solas. Pero mucho me temo que esta vez no le va a resultar tan fácil sacudirse la enorme cantidad de marrones que se le están viniendo encima. Por mucho que se esconda, tarde o temprano tendrá que dar la cara. Y ya no cuela el plasma, ni las cobardes huidas por garajes de cinco estrellas.

Esto tiene que acabar. La gente de izquierdas de este país tiene que conseguir que este otoño sea lo más caliente posible.Tiene que trabajar porque la temperatura de la indignación suba y suba. El gobierno que más ha puteado a los ciudadanos desde que recuperamos la democracia no puede continuar haciendo de su capa un sayo. Creo que la obligación ineludible de las izquierdas, de los que estamos abajo o como queramos llamarlo, es dejarse ya de marear la perdiz, unirse de una puta vez aparcando reticencias y desconfianzas y hacer frente a los desmanes del gobierno del pp para que no puedan continuar perpetrando fechorías.

El verdadero año nuevo empieza en septiembre: nuevo curso, nuevos planes, nuevos propósitos... No estaría mal que lo más prioritario entre todas las prioridades fuera ponerse a la faena para que Rajoy y sus chicos tengan que marcharse cuanto antes.

Que no pueda seguir viajando ni estirando el chicle, que se quede sin conocer al chino y que no pueda hacerse la soñada foto con el presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca, algo que en principio estaba previsto para el segundo semestre de este año y que los americanos van retrasando, ocupados como están en ultrajar el premio nobel de la paz. Ese galardón que, no me cabe la menor duda Obama, siendo tan decente como proclama ser, acabará devolviendo cuanto antes. 

J.T.