martes, 7 de octubre de 2014

Las tarjetas de la vergüenza


-Tenemos que darnos prisa en solucionar lo de Cajamadrid, chicos, porque cada día que pase sin arreglarlo, son votos que le damos a Podemos.

Ignacio González, todavía presidente de la Comunidad de Madrid, se mostraba así de inquieto la mañana de este lunes ante la demoledora bola de nieve en que se está convirtiendo el asunto de las tarjetas en negro de la entidad de ahorro madrileña. Tan nervioso está, que quiere que el equipo directivo explique cuanto antes el turbio asunto de las 86 tarjetas que consejeros y altos ejecutivos de Caja Madrid y Bankia, bajo la presidencia de Miguel Blesa y Rodrigo Rato, usaban a su antojo y al margen de cualquier control, incluido el fiscal, en joyerías y clubes de golf entre otras lindezas.

Pero no es Ignacio González, el del ático marbellí, el único que necesita tomar tranquilizantes para afrontar la vertiginosa marcha de los acontecimientos en estos últimos días. Cospedal huye como de la peste cuando le preguntan sobre el asunto y se abre paso entre los periodistas casi a codazos, Aguirre dice que la culpa es de quienes proporcionaban las tarjetas de la vergüenza y no de quienes las usaban...  El secretario de organización del PSOE, César Luena, que tiene pringados en el asunto a 16 de sus correligionarios, se ha ido corriendo a interponer una denuncia tributaria para que se investigue "a todas y cada una de las personas que utilizaron las tarjetas de la vergüenza"... Rajoy ya está preparando a los suyos para que se resignen a no volver a tener mayoría nunca más... "Cuando un compañero mete la mano, no es compañero, declara Cayo Lara mientras, lamiéndose la herida, admite que alguien de IU está pringao hasta las trancas... Dimiten por el asunto representantes de las principales centrales sindicales, se intenta justificar sin éxito el presidente de la patronal madrileña...

Un desastre. Parece claro que habrá un antes y un después de lo de las dichosas tarjetas. Hasta ahora existía la sensación de que un escándalo tapaba a otro escándalo. Pero esto de las tarjetas es la gota que colma el vaso. El hilo, quizás también, del que tirar para que salten escándalos similares en otras cajas más y en muchas instituciones públicas. Y para que nos apetezca recordar, uno por uno, a todos los ladrones y presuntos que llevan ya meses y meses ocupando las primeras páginas de los periódicos por haberse llevado el dinero público a manos llenas.

Este escandaloso episodio refuerza ante la ciudadanía la sensación de lo ladrones que son y la convicción de que es necesario echarlos cuanto antes. Lo de Cajamadrid y los 86 beneficiarios de sus tarjetas es la mejor manera de reunir todo lo que abarca el término casta, tan cansino para unos como oportuno para otros. Están todos, no falta nadie. Y en un solo caso. Hay prisa por actuar, como también ha confirmado el Fiscal General del Estado, que contaba cómo el Fiscal Antocorrupción se ha puesto a trabajar en el asunto sin perder un minuto.

Saben que el cabreo del personal crece al mismo ritmo que el miedo que la mayor parte de las fuerzas políticas le van teniendo a una debacle electoral. Como dice Enric Juliana, cada día que pasa son más los que esperan las elecciones "con la papeleta entre los dientes" para tomarse la revancha.  Todos. Están todos. Como si se hubieran puesto de acuerdo para llevar a los de Podemos en carroza hasta la Moncloa. O hasta donde decidan instalar la presidencia del gobierno.

J.T.

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