sábado, 28 de febrero de 2015

El momento de la osadía

Son cuatro políticos cuyo nombre, y cuyas caras, apenas nadie conocía a comienzos de 2013. Ninguno de ellos vivió bajo la dictadura ni votó la Constitución, y alguno ni siquiera había nacido cuando el intento de golpe del 23F o el referéndum de la OTAN. La media de edad de estos cuatro “jóvenes, aunque sobradamente preparados” políticos que en poco tiempo han convulsionado el panorama político español es de 35 años. Momentum.

Orencio Osuna, veterano luchador antifranquista, curtido en los cuadros del PSUC durante la década de los setenta, intuyó el 15M de 2011 que lo que allí estaba naciendo no era precisamente una broma y decidió refrescar sus experiencias de décadas atrás de la manera más provechosa posible: dedicándose a entrevistar a los cabezas visibles de aquella prometedora movida, todos ellos treinta años menores que él, y publicándolas en diarios como “Nueva Tribuna” o “Público”. Bordó tres decenas de memorables encuentros periodísticos y todas esas conversaciones quedarán para la historia. Momentum.

Ada, Alberto, David y Pablo fueron cuatro de los muchos entrevistados por Orencio. Cuatro protagonistas indiscutibles de uno de los momentos más interesantes que vive este país desde hace mucho tiempo. Mentes ágiles, cultas y militantes. Jóvenes que en su momento decidieron, dos de ellos desde Catalunya, uno en Málaga y otro en Madrid pedir carta, dar un paso al frente y convertirse en las caras visibles de la denuncia y la lucha por poner en marcha otra manera de hacer las cosas. Momentum.

Si no haces política te la hacen, el miedo tiene que cambiar de bando, las cosas se pueden hacer de otra manera… Con frases como estas como bandera, las gentes a quienes representan Ada, Alberto, David y Pablo (muchos más de los que algunos piensan) llevan ya tiempo pegándole un meneo tan serio a este país que no están dejando títere con cabeza: Convulsión en los partidos, relevos en las grandes empresas y en la banca, abdicación del monarca… El porqué ha ocurrido lo que ha ocurrido se entiende mejor cuando leemos las conversaciones que estos cuatro jóvenes mantuvieron, a lo largo de 2014, con Orencio Osuna. Momentum.

Momentum quiere decir “intensidad de una dinámica social que supera las distintas fases de resistencia, y se encamina hacia un objetivo deseado”. Parece que en esas estamos. Quizás por ello Orencio ha elegido ese título a la hora de convertir en libro cuatro entrevistas que pueden perfectamente quedar para la historia como un auténtico referente. Un libro de consulta que despeja muchas incógnitas, invita a reflexionar y señala caminos por los que sin duda acabará transcurriendo, más pronto que tarde, la política en nuestro país. Momentum.

Hay dos guindas que redondean el carácter didáctico y nutritivo del libro: una es el prólogo que ha escrito Enric Juliana, y otra el epílogo de Juan Carlos Monedero. Un periodista y un intelectual de la generación anterior a los protagonistas, que ayudan a entender tanto lo que piensan los entrevistados como la importancia que tiene que cuatro personas de su envergadura hayan coincidido en el tiempo, se complementen tan bien y sirvan para simbolizar toda una generación que, contra lo que quizás algunos pensaban de ellos (vagos, perroflautas, frikis…) y otros deseaban (que se fueran al extranjero a buscarse la vida) decidieron en su momento no solo quedarse aquí sino poner su tiempo, su esfuerzo y su formación al servicio de la lucha por cambiar las cosas. Momentum.

“ Si de repente existiese en España –le cuenta Pablo Iglesias a Osuna- una nueva fuerza política gobernando o una nueva fuerza de oposición que rompa con el modelo de la gran coalición, si llegamos a una situación equivalente a lo que se está produciendo en Grecia, se abrirán nuevas posibilidades de cambio, no exentas de riesgo y de fracaso: que se produzca un proceso constituyente que cambie las bases políticas de nuestro país”

“Pensamos en una fuerza de mayoría, explica por su parte Ada Colau porque, efectivamente constatamos una mayoría que ya existe, no es algo que nos inventamos, una hipótesis, un deseo o un futuro… Hay una mayoría social que lleva años ya movilizándose por argumentos básicos, frente a la emergencia generada por la crisis, contra la corrupción, por los derechos sociales… gente que estamos ya coincidiendo codo con codo en muchos espacios diferentes…”

“Lo que luchamos juntos en la calle también lo tenemos que luchar juntos en las instituciones”, remarca Alberto Garzón en su entrevista. Y añade: “ no concibiendo las instituciones como un fin, sino partiendo de la consideración según la cual las batallas políticas se disputan no solo en el plano electoral, sino también en el plano cultural e ideológico”.

Y cuando le llega su turno, David Fernández precisa: “Siempre he pensado, como decía Salvador Espriu en La pell de brau, en la incomprensible capacidad que tienen grandes sectores de la sociedad española de disfrutar… de la realidad pluricultural. ¿Cuál es el problema? Lo digo pensando en los profesores que he tenido en la escuela pública catalana, que me enseñaron a conocer a Lorca, Miguel Hernández, Rosalía de Castro o Alberti, pero creo que en el resto del Estado español poca gente sabe quiénes son Viçens Vives o Martí Pol, por ejemplo… todo por la existencia de una élites absolutamente reacias a cualquier tipo de respeto a una realidad plurinacional…”

Algo serio, importante, inédito está ocurriendo en la vida política de nuestro país y Momentum lo retrata a través de las conversaciones de Osuna con el líder de Podemos, la carismática portavoz de la PAH, un joven radical que simboliza el descontento de buena parte de los catalanes de su edad y un malagueño, todavía veinteañero, miembro de una complicada organización como IU donde se le ha encomendado el desafío de intentar salvar los muebles como pueda.

Como dice Monedero, “…a veces uno se pregunta si tiene que resignarse al hecho incontrovertible de esperar a que la biología solvente lo que no es capaz de solventar la inteligencia. La respuesta, parece clara, es NO. No hay que esperar, hay que actuar. Y como escribe Enric Juliana, “la novedad consiste en que, por primera vez en más de treinta años, una rama de la izquierda que parecía condenada a vagar eternamente por las carreteras secundarias, ha retomado la idea y la ilusión de la “mayoría social” y ha captado con cierta clarividencia el espíritu del tiempo. En una palabra, que estamos en uno de esos momentos “momentum-momenti”, que sería imperdonable dejar pasar. Esta vez no. Esta vez el tren no puede pasar de largo y para que eso sea posible, los cuatro entrevistados por Orencio Osuna tienen muchas cosas que decirnos, y que hacer, en los próximos años. Muchas de ellas ya están anunciadas en “Momentum”.

J.T.

viernes, 27 de febrero de 2015

12 peperas sin piedad


¿De dónde salen las mujeres del PP? ¿Cómo es posible que personas presuntamente bien formadas y mejor educadas, -¿o no?-, no solo figuren como cabezas visibles de un partido que ampara trasnochados postulados machistas sino que sean ellas mismas quienes defienden esos planteamientos, en ocasiones incluso a cara de perro? Duras e implacables en el ejercicio de sus funciones, son osadas, resueltas y desvergonzadas. También mentirosas, incluso muchas veces crueles y parece que poco cuidadosas con las frases que sueltan en público cuando se encuentran con un micrófono delante.

Las doce peperas sin piedad que aquí reseño han regado su trayectoria política con antológicas citas para la historia. Citas que, reunidas todas ellas, ocuparían en las estanterías más espacio que los tomos de la enciclopedia Larousse. Con vuestro permiso, me voy a permitir recordar aquí tan solo algunas "perlas cultivadas" de cada una de ellas. Frases que conviene tener a mano para que no olvidemos nunca con quiénes nos estamos jugando los cuartos. En cuanto a los peperos (ellos) y sus frases para la posteridad, prometo entrega en breve.

Aguirre, Esperanza


“Franco era bastante socialista" 59 segundos de TVE, noviembre de 2008

"Sin el PP, Catalunya acabaría hundida en un régimen nacionalista-socialista en el que se impondría el pensamiento único" Lleida, junio de 2006





Báñez, Fátima

"Es verdad que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, han salido de España en busca de oportunidades por la crisis; eso se llama movilidad exterior". Madrid, abril 2013

"..estamos todos juntos con toda la sociedad española luchando para salir cuanto antes de la crisis, para volver al crecimiento y volver a la creación de empleo. Y yo estoy muy emocionada porque no me lo esperaba aunque de la Virgen, un capote siempre llega… esta aliada privilegiada y esta embajadora universal de Huelva que es la virgen del Rocío y que nos ha hecho este regalo adicional en nuestra salida de la crisis y en nuestra búsqueda del bienestar todos los días de los onubenses y de los ciudadanos. Y yo creo que esto se merece un: ¡viva la virgen del Rocío!” Huelva, junio 2012

Barberá, Rita

'Un bolso de Louis Vuitton es un regalo habitual, los hay más caros" Valencia, enero 2012

"Al 15M se les han caído mucho las caretas. Entre ellos hay viejos conocidos de mis escoltas de zonas donde están los okupas... desde el balcón de mi despacho veo cómo se infringen todas las ordenanzas municipales, no es que se fume marihuana, es que se cultiva en la plaza, según dice la policía, es tremendo" Valencia, mayo 2011

Botella, Ana

“La Cenicienta es un ejemplo para nuestra vida por los valores que representa. Recibe los malos tratos sin rechistar, busca consuelo en el recuerdo de su madre” Madrid, 2001

“Las manzanas no son peras. Si se suman una manzana y una pera nunca puede dar dos manzanas” Madrid, febrero 2011

Cifuentes, Cristina

“Ada Colau y las personas que están en la plataforma anti-desahucios han manifestado su apoyo, en determinadas ocasiones, a Bildu, a Sortu y a esos grupos que a mi modo de ver y el de muchos españoles tienen que ver con el entorno de ETA" Madrid, marzo 2013

"Jamás he planteado ni que se reforme la Constitución ni que se restrinja el derecho de reunión. Lo que pedí fue que se racionalizara la utilización del espacio público para hacer compatible el derecho de manifestación con los derechos del resto de los ciudadanos" 20 minutos, enero 2013.



Cospedal, María Dolores de

“Nuestros votantes dejan de comer antes de no pagar la hipoteca” Toledo, abril de 2013.

 “Una indemnización indef... en diferido, en forma efectivamente de simulación... simulación o lo que hubiera sido en diferido en partes de una... de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social" Madrid, febrero 2013

Fabra, Andrea

"Que se jodan" Pronunciada mientras Rajoy en el Congreso anunciaba la reducción de las prestaciones por desempleo, Madrid, julio 2012





Martínez, Teófila

"Hay gente que viene a pedir para comer y resulta que tienen twitter" Cádiz, Agosto 2013

“Que no nos engañen con eso de que los recortes en Educación son una tragedia porque en Andalucía el PSOE lleva 20 años recortando" Cádiz, mayo 2012

Mato, Ana

"Los niños andaluces son prácticamente analfabetos... Chaves no ha hecho nada por la educación de los niños" Madrid, marzo 2008

"¿Un Jaguar en mi garaje? No me consta" Madrid, marzo 2009




Rudi, Luisa Fernanda

"Yo no creo en el empleo público, solo en el privado" Zaragoza, diciembre 2012

"Cuando aparezca un corrupto, patada y fuera" Zaragoza, octubre 2013


Sáenz de Santamaría, Soraya

"Los derechos no son ilimitados" A propósito del escrache frente a su domicilio en Madrid, abril 2013

"El aborto no es un derecho de todos los españoles" Madrid, mayo 2013


Villalobos, Celia

"Las amas de casa no tienen que hacer un caldo con huesos de vaca, que además ya no se venden, y si los tienen en la nevera, que los tiren. Se puede hacer el caldo con huesos de cerdo" Durante la crisis de las vacas locas. Madrid, enero 2001

"¡Vamos, Manolo, que pierdo el tren! No son más tontos porque no se entrenan” A su conductor en la puerta del Congreso de los Diputados, Madrid, mayo 2010



Continuará... 


J.T.

jueves, 26 de febrero de 2015

Fin del recreo para el PP y el PSOE. "Game over"


Aires de fin de ciclo. Game over. Fin del recreo. Se ha acabado el cachondeo y lo saben.

- Para lo que me queda en el convento... -parecían estar pensando, durante el Debate sobre el Estado de la Nación, muchos diputados...

Quizás por eso la desahogada y dicharachera Celia, que nunca defrauda, decidiera aquella tarde dedicar su tiempo a jueguecitos en la tablet, incluso durante el rato que le tocó presidir la sesión parlamentaria. Un engorroso trámite que, como a la mayoría de los alli presentes, a Villalobos parecía importarle un verdadero pimiento. Total, siempre ha habido quien se dormía, bostezaba, resolvía crucigramas o incluso se metía en páginas porno durante las sesiones. Nada nuevo, pues, bajo el techo del hemiciclo.

Los dos principales contendientes saltaron a la lona intentando convencernos de que allí no había tongo ¿Cómo? ¿que hace unos días nos hicísteis fotos firmando juntitos un pacto antiyihadista que nos devuelve a la cadena perpetua y a tiempos anticonstitucionales? Ningún problema: ahora vamos y nos arreamos unos cuantos mandobles dialécticos, y así hacemos ver que nos llevamos muy mal, que de amiguitos nada, que ni somos casta ni pensamos pactar para gobernar en coalición, ni nos entendemos, ni nos queremos, ni tomamos cañas juntos siquiera. Faltaría más.

Había tan poca verdad en el debate entre Pedro y Mariano que tuvieron que apostar por la mala educación para parecer creíbles

- Son ustedes unos sinvergüenzas, le soltaba a Rajoy el apuesto y atildado Sánchez
- Váyase de aquí y no vuelva, que es usted patético, le espetó el todavía presidente al osado novato

Desprecio, soberbia, insultos, alejamiento de la realidad... No hay nada peor que la falta de perspectiva. Y Mariano, decididamente, vive en otro mundo. Porque no es posible que sea tan cínico y tan carente de sensibilidad como para atreverse a decir las cosas que dice si de verdad conoce cómo está el paño.

- Vamos a ver, debe pensar, si yo soy el amo del cotarro, el baranda, si estoy que lo peto, si lo tengo todo atado y bien atado, si me comen en las manos los bancos y los empresarios, si los datos económicos son buenos, si en Europa me adoran...

Además de vivir engañado, se olvida de un pequeño detalle: "Roma traditoribus non praemiat", Roma no paga traidores y Mariano es un traidor a los votantes que hace tres años confiaron en él porque prometió un país más próspero y mejores condiciones de vida. Desde hace ya bastantes meses, las encuestas se encargan de dejarle bien claro que los ciudadanos le piensan pasar factura por sus incumplimientos, sus mentiras y sus pertinaces tomaduras de pelo. Y que cuando las urnas lo derroten, nadie en Europa querrá ver más su tétrico careto de obediente funcionario.

En ese remedo de debate al que hemos asistido esta semana en el congreso no estaban todos los que son, y tanto Pedro como Mariano lo sabían muy bien. Por mucho que se marcaran el mismo rollo del que sus partidos llevan viviendo los últimos treinta y cinco años, en virtud del cual las dos fuerzas políticas mayoritarias jugaron todo el tiempo a simular que se atizaban de lo lindo para luego acabar siempre repartiéndose el pastel en la trastienda.


Pero eso ya no es así. El uso perverso de la legitimidad democrática permite que actos como este debate del Estado de la Nación, de cuya resaca no consigo reponerme, se celebren aunque no interesen prácticamente a nadie. Según los sondeos, el cuarenta por ciento de los ciudadanos piensa votar a dos formaciones políticas, Podemos y Ciudadanos, que a día de hoy aún son extraparlamentarias. Hace tres años largos ya que venimos gritando por las calles que los que ocupan la sede de la Carrera de San Jerónimo "no nos representan", tres años largos, casi cuatro, en los que la indignación ha fermentado y han aparecido etiquetas otrora impensables que amenazan con hacer trizas la manera de entender la politica hasta ahora y sus lentas y anticuadas reglas del juego.

Por muy legitimados que estén, y nadie discute que lo están, algunos de los políticos que deambulaban estos días por los pasillos del Congreso parecían muertos vivientes. O peor aún, muertos que no saben que lo están. Se les acaba el contrato para continuar sentados en sus cómodos escaños y muchos no saben qué va a ser de sus vidas. Pensando en el plan "B" debían estar, o jugando al Candy Crush, cuando los representantes de los partidos minoritarios empezaron a poner algo de sal y pimienta en el ambiente. Como siempre, los no bipartidistas fueron los que más verdades le cantaron a este estrábico barquero quien, para replicarles, recurrió sin pudor al desprecio y al ninguneo

- Son ustedes muy pocos, le dijo al joven Alberto Garzón, portavoz de IU.

¡Qué perdido está el pobre! Sabe que en esa pantomima de debate no estábamos representados todos y sabe, porque se le nota en su histeria, que él y los suyos no nos representan ya. Pero él... ¡dale que dale! Y a todo esto, Pedro Sánchez al rebufo. Los sondeos le atribuyen al espigado líder socialista la victoria en el debate, pero de un debate en el que ha pretendido llenar un hueco que él sabe que ya no le corresponde. Tanto a Sánchez como a Mariano, como al PSOE y al PP, los partidos que ambos encabezan, se les ha acabado el recreo. Game over. Tocan otros tiempos y otros estilos.


J.T.


sábado, 21 de febrero de 2015

Monedero no debe sentirse solo


Hubo una frase en la comparecencia este viernes de Juan Carlos Monedero que no he visto recogida en ningún sitio y que a mí me parece clave:

- ¿Qué necesidad tengo -se preguntó- de pasar por todo esto?  ¿Merece la pena?

Es el precio de acertar en el diagnóstico, le contestaría yo, el peaje a pagar por haberse atrevido a decirle al rey que está desnudo, por denunciar sin pelos en la lengua los intolerables abusos del gobierno y de todos los demás poderes. El castigo por nutrir de argumentario a un grupo de jóvenes osados y ponerle nombre y cara a una posibilidad de cambiar las cosas, el desquite de quienes los ningunearon y hasta se rieron de su atrevimiento y ahora le tienen miedo al éxito de sus postulados. Es el temor de quienes empiezan a entender que la gente ha encontrado en el proyecto político que Monedero ha contribuido a poner en marcha esa etiqueta a la que agarrarse como quien lo hace a un clavo ardiendo.

Bien, pero... ¿merece la pena? ¿Merece la pena que, día tras día, mientan llamándote delincuente fiscal, falsificador de currículum, financiador ilegal...? ¿Que una mañana abras la puerta de tu casa y no sea el lechero, sino un par de agentes de aduanas, de los que se dedican a detener traficantes en alta mar, enviados por tu ministro de Hacienda para meterte un puro y acojonarte a ver si te callas de una puta vez y dejas de tocar las narices?

 ¿Merece la pena que la vicepresidenta del gobierno de tu país te señale con el dedo en sus comparencias tras el consejo de ministros? ¿De verdad, como también él mismo se preguntó durante la rueda de prensa, Juan Carlos Monedero es tan importante?

Creo que él sabe ya de sobra que lo que ha hecho es muy importante. Otra cosa es el coste personal. La política es una balsa de pirañas y él es básicamente un intelectual. El profesor Tierno Galván solía decir que en todo intelectual comprometido hay siempre un hombre de acción. En el arte de saber combinar las dos cosas, el pensamiento y la acción, es probablmente donde esté el quid de la cuestión. Y en que te dejen.

Lo que ha pasado en torno a Monedero creo que permite deducir que ha dado en la tecla, que ha acertado el pleno al quince.  Tanto él como la formación política que ha nacido de sus reflexiones y postulados han de atinar ahora al administrar el enorme caudal político del que disponen en el ánimo ciudadano, que es lo que reflejan las encuestas y lo que realmente asusta al poder. Como le ocurre a los nuevos ricos, se enfrentan por un lado al complicado problema de la digestión del éxito y por otro a las envidias de los demás.

Yo creo que sí merece la pena el trabajo de Juan Carlos Monedero. Quizás de lo que se trate ahora es de convertir ese capital político y moral en un punto de partida para trabajar por un país en el que los periódicos vuelvan a hacer periodismo, el poder entienda que la decencia es el único camino y los políticos gestionen sus rivalidades con educación y argumentos, y no con cuchillos ni patadas en los huevos.

Lo que le está pasando a Juan Carlos Monedero no le está pasando solo a él. Nos a está pasando a todos los que, como él, queremos que las cosas en este país cambien de una puñetera vez. ¿Merece la pena entonces? Sin ninguna duda, la respuesta sí. Por eso creo que es bueno no dejarle solo en ningún momento.

J.T.

lunes, 16 de febrero de 2015

La importancia de las elecciones andaluzas

Quedan menos de cuarenta días para las elecciones andaluzas y casi cien para las municipales y las autonómicas en otras trece comunidades y me llama profundamente la atención lo mucho que se habla de las elecciones del 24 de mayo y la escasa repercusión que están teniendo los comicios andaluces del 22 de marzo en la vida política y mediática nacional.
Solo se habla del pollo que tienen montado en Madrid: el PSOE y sus depuraciones, Izquierda Unida y su descalabro, los de Podemos y sus primeros tropezones, los del PP con ese verso suelto llamado Esperanza Aguirre retando prácticamente a duelo el dedo divino de Rajoy…
Sin ánimo de restarle trascendencia a la partida de ajedrez a varias bandas que se está jugando estos días en Madrid, creo que no conviene perder de vista la importancia del momento político que se vive en Andalucía.
Veamos: Es la primera vez que Ciudadanos, el partido que preside Albert Rivera, puede obtener escaños fuera de Catalunya, que hasta podrían ser decisivos para conformar el próximo gobierno andaluz; se trata de una ocasión casi de “match point” para UPyD e IU; es el primer test serio en la historia dePodemos en el panorama nacional; una amenazante reválida para el PP, que puede sufrir el enésimo revolcón electoral en Andalucía y, por último, nos encontramos ante el primer órdago electoral de Susana Díaz quien, no lo olvidemos, preside el gobierno andaluz no por haber sido elegida democráticamente por los ciudadanos, sino gracias al dedo divino de José Antonio Griñán, para que luego hablemos de Rajoy.
En Andalucía se juega una partida muy seria donde los actores del bipartidismo parecen apostar por el perfil bajo en lo que a repercusión se refiere hasta que llegue el día “D”. Una partida en la que Teresa Rodríguez, cabeza de lista dePodemos, y candidata por tanto a presidir la Junta, salta por primera vez a la arena política, capote en ristre, dispuesta a torear un verdadero miura mientras los suyos en Madrid le van poniendo chinitas en el zapato. ¿Fue novatada, fueron casualidad, o quizás no, las declaraciones de aquel compañero que “alegremente” soltó hace unos días en público que Podemos da por perdidas las elecciones en Andalucía?
Es verdad que las proporciones del incendio político madrileño son trágicas, descomunales… Pero quien a cuenta de este pifostio posterga la importancia que, para el conjunto del Estado, tiene lo que pasa y pasará las próximas semanas en Andalucía, se equivoca y le hace un flaco favor a las muchas posibilidades que ahora existen de propinarle un vuelco histórico a la situación política de nuestro país.
Lo que ocurrió en Andalucía siempre fue premonitorio de lo que pasaba después en el resto del Estado. Las elecciones autonómicas de mayo de 1982, donde entre otras cosas tuvo lugar la primera debacle del Partido Comunista, fueron un anticipo de lo que sucedería en Octubre de ese mismo año, cuando el PSOE ganó por mayoría absolutísima. A mi juicio, hay razones para pensar que esta vez podría ocurrir algo similar: si los vientos de cambio que se atisbaron en las europeas del 25 de mayo pasado no cristalizan en Andalucía en marzo, puede ser complicado que lo hagan en mayo en todo el país.
No se me ocurre negar la importancia que tendrá lo que suceda en Madrid. Hay incendios que apagar, como explicaba más arriba, tanto en el PSOE, como en IU, en el PP, e incluso en Podemos. Pero yo iría por partes. Una cosa detrás de otra. Y ahora toca Andalucía. La izquierda y todos los proyectos emergentes que empiezan a tomar cuerpo se la juegan a cara o cruz en Andalucía mucho antes que en Madrid. Sesenta y tres días antes concretamente.
Será a partir del 22 de marzo, si se consigue ganar la primera y difícil batalla, cuando habrá llegado el tiempo de desplegar baterías y lanzarse al resto de las guerras.
No entiendo el perfil bajo al que se está sometiendo la campaña, todavía precampaña, andaluza. O quizás lo entienda demasiado bien si me limito a preguntarme a quién beneficia.
J.T.

martes, 10 de febrero de 2015

Cuando TVE se pudre, algo nuestro se pudre



La protesta este lunes de los trabajadores de informativos de tve fue algo más que una protesta. Darle la espalda a los comisarios políticos contratados para asegurarse la manipulación en tiempos electorales es un gesto cargado de simbolismo que escenifica el hartazgo de unos profesionales a los que se les ha agotado la capacidad de aguante.

Yo no sé si esa protesta llegará a buen puerto, pero de lo que no me cabe ninguna duda es que ése es el camino para reivindicar una dignidad profesional a la que de ninguna manera se puede renunciar. Al margen de los argumentos internos sobre la existencia de suficiente plantilla para llevar a cabo la carga de trabajo que se incrementa ahora con los procesos electorales, al margen de la letra pequeña sobre la pertinencia o no de once contrataciones -algo que abogados y sindicatos habrán de dilucidar-, lo que subyace en toda esta operación es la urgencia del poder pepero en no dejar ninguna grieta a la hora de propagar los mensajes que a ellos les interesan y solo los mensajes que a ellos les interesan.

Cantos y loas a los éxitos del pp, mas una política donde se mezcle el ninguneo y la diatriba diaria hacia el resto de las fuerzas políticas, especialmente hacia aquellas que las encuestas se empeñan en dar una carta de naturaleza impensable hace solo unos meses. Crece la metástasis en las televisiones públicas a medida que disminuye la vergüenza de sus gestores para ser desinhibidas correas de transmisión del gobierno al que obedecen ignorando sin pudor que su trabajo se debe a los ciudadanos y no a los políticos.

Sánchez y Gundín, los nuevos mandamases de tve, no se fían un pelo de la gente que tienen a sus órdenes, a pesar de que entre ellos existen muchos Gilgados entregados a la causa de pies y manos. Pero quieren más. Moncloa y Génova no están dispuestos a dejar ningún resquicio suelto.Y lo más práctico es tirar por la calle de enmedio, contratar incondicionales colegas curtidos en Intereconomía y la Cope, y así asegurarse la muerte de la información y el éxito de la propaganda.

La vergüenza es tal, el oprobio es de tales dimensiones que a los trabajadores no les quedaba otra opción que estallar. Sobre su memoria planea el deshonroso final de Canal Nou, con sus trabajadores admitiendo haber sido cómplices de la manipulación, y el desmantelamiento de Telemadrid tras múltiples humillaciones apenas denunciadas.

Donde ha habido alternancia en el poder, siempre se ha reflejado en una purga de profesionales en la televisión pública, sustituidos por otros que, tras tomar posesión, no  se han andado con chiquitas a la hora de ir a saco contra todo lo que tuviera que ver con la gestión anterior. En aquellas televisiones públicas como Canal Sur, donde el gobierno siempre ha sido del mismo color, no ha habido necesidad de hacer crisis. Bastaba con purgar a los díscolos y así los cuadros de siempre no precisan de instrucciones ni de vetos. Saben muy bien lo que tienen que hacer desde hace veintiséis años y eso hace innecesario que ningún consejero se tenga que molestar en levantar teléfonos.

La protesta de los trabajadores de tve está cargada de simbolismo, decía más arriba, porque escenifica, no ya solo el hartazgo de los profesionales de la información de una cadena pública, sino el estado de ánimo de una ciudadanía que está hasta las narices de que quienes nos gobiernen traten a los medios de comunicación como un cortijo de su propiedad. Por eso dejó el domingo Esperanza Aguirre con la palabra en la boca a Jordie Évole en "Salvados". Porque estaba claro que no podía ordenar su despido, como a ella le estaba pidiendo el cuerpo, porque ella quería hablar de su libro y el muy "insolente" de Évole no la dejaba.

Esos son los tics, pero no solo de Aguirre, sino de cualquier mindundi con poder, que no está dispuesto a que ningún plumilla le toque los cojones en una entrevista en televisión, y menos ahora que las elecciones están ya a la vuelta de la esquina.

Este es el mundo en que vivimos, queridos amigos. Es tal el miedo que tienen a verse obligados a dar explicaciones sobre las fechorías perpetradas en los últimos tres años que quieren reducir al mínimo el riesgo de tener que responder por ellas. Por eso creo que somos muchos los ciudadanos que nos sentimos representados por ese plante de los trabajadores de tve.

No desfallezcáis, compañeros. Es ahora o nunca. La manipulación informativa es violencia. Y la violencia hay que denunciarla porque ellos aprietan y apretarán más fuerte cada dia que pase. Enhorabuena y ánimo en una lucha desigual, pero cargada de razón. Creo que a la ciudadanía en general, como este lunes hicísteis vosotros en la redacción de informativos del Pirulí, lo que nos queda también es plantarles cara... dándoles la espalda. Con el voto entre los dientes y esperando a que abran las urnas.

J.T.

sábado, 7 de febrero de 2015

No al linchamiento de Juan Carlos Monedero


Lo veo tan burdo todo que no doy crédito. Puede que Juan Carlos Monedero intuyera el linchamiento al que lo están sometiendo, puede que supiera a lo que se arriesgaba cuando parió "Podemos" y que no le extrañe nada de lo que le está sucediendo, pero yo estoy directamente escandalizado.

Me produce verdadero bochorno el espectáculo que le estamos brindando al resto del mundo. Una dinastía de ladrones hijos de ladrones, que durante decenios y generaciones se han hinchado de robarnos a manos llenas, intentando meter en el mismo saco sus fechorías y la irregularidad fiscal de un profesor universitario quien, probablemente por estar mal asesorado, no acertó con la manera exacta de tributar un dinero ganado durante varios años fuera de España.

Me preocupa mucho la saña con la que intentan hacer trizas a Juan Carlos Monedero, claro que sí. Pero mucho más me preocupa el trasfondo. Lo que son capaces de llegar a hacer los poderosos cuando intuyen que su impunidad y su barra libre pueden correr peligro.

Media docena de profesores universitarios dan con la tecla y ponen hace un año el dedo en una llaga por la que nos estábamos desangrando. Encuentran, como nadie lo había hecho hasta entonces, la manera de dejar en evidencia a la sarta de mentirosos que estaban llevando nuestras vidas al precipicio. Son modestos profesores universitarios, sí. pero valientes. Convencidos que hay momentos en la vida donde hay que dar un paso adelante. Y lo dan. Otros muchos pudieron o pudimos haberlo dado. Pero no lo hicimos. Fueron ellos.

Con su osadía consiguen remover las estructuras del país hasta extremos inimaginables incluso para ellos mismos. Y desde entonces, esto es la guerra. Una guerra en la que, una de las cosas que más llama la atención, es la carencia de toda sutileza por parte de los dueños de los cañones, que desde el minuto uno tiran a dar. Directos a la yugular, a pecho descubierto y sin disimulo alguno.

Mas hete aquí que tanto descaro, despreciando la inteligencia del ciudadano medio, acaba redundando ¡oh, sorpresa! en un aumento de las simpatías hacia los vituperados. Habrá pues que aumentar la dosis de vileza. Los mangantes de toda la vida no tienen problema para eso: cuentan con suficientes resortes, dineros, paniaguados y estómagos agradecidos como para ir soltando cargas de profundidad cada vez más dañinas: directos  al mentón, al hígado y a la entrepierna de estos incautos intelectuales. Sin piedad alguna.

Por tierra, mar y aire comienza un bombardeo cuyos objetivos principales son las tres personas que la noche del 25 de mayo aparecieron en las teles de todo el mundo camino del lugar donde iban a celebrar una victoria que nadie esperaba: cinco diputados al parlamento europeo gracias a un millón doscientos mil votos conseguidos por la formación que habían impulsado apenas cuatro meses antes. Desde entonces no han dejado de darles hasta en el carnet de identidad, para estupor de los corresponsales extranjeros que no saben cómo explicar en sus periódicos internacionales la caza al hombre decretada en un país presuntamente democrático cuyos dirigentes no parecen tener reparo en resucitar viejos fantasmas cainitas.

A la misma vicepresidenta del gobierno que se negó siempre a hablar de los problemas del partido popular en las ruedas de prensa del consejo de ministros porque, no era un asunto del gobierno, le ha faltado tiempo para demonizar a Monedero, citando su nombre con todas sus letras, y magnificar una cuestión que ella misma sabe que es menor frente a su larga lista de clamorosos silencios por asuntos verdaderamente graves.

Al mismo ministro de Hacienda que obvió asuntos como el de Urdangarín, Bárcenas, Blesa, Rato o la broma aquella de los carnets de identidad de Cristina de Borbón le ha faltado tiempo para airear la existencia de una inspección a un ciudadano cuya única responsabilidad, muy probablmente, es haber estado mal asesorado.

Al socaire de esta caza al hombre, palmeros de prensa, radio y televisión, machacan uno tras otro a estos osados promotores del terremoto político más serio que ha sacudido el país en los últimos cuarenta años. Nunca existió tanta unanimidad en la animadversión como la proyectada hacia este grupo de intelectuales metidos a políticos que transmiten una gran convicción en sus capacidades para obtener el respaldo suficiente que les permita cambiar este país. En su columna de este sábado en "La Vanguardia", Gregorio Morán afirma que salimos "a una media de seis artículos diarios contra Podemos, repartidos entre catedráticos con pretensiones, plumillas avezados, vejestorios egregios y funcionarios varios". Algunos de ellos, añadiría yo, insignes pelotas no hace mucho y que, fieles a su miserable condición, no se privan de hacer leña apenas sospechan que el árbol al que adulaban puede acabar siendo derribado.

No sé si conseguirán acabar políticamente con Monedero, cosa que personalmente lamentaría muchísimo porque todo este episodio me parece innjusto, desproporcionado y vergonzoso por la imagen de país que proyectamos hacia el exterior. Pero lo que sí sé es que no van a parar. El miedo los está volviendo violentos y peligrosos, muy peligrosos.

No hay que caer en sus trampas, y la que ahora han puesto en marcha para ganar minutos y batallitas es conseguir centrar y monopolizar el debate en las presuntas irregularidades de las personas de Podemos, obligándoles así a defenderse permanentemente, lo que roba un tiempo precioso a lo sustancial: las denuncias de las fechorias del gobierno, los bancos, la troika, el aumento de la 
injusticia y la pobreza... El mundo derrumbándose y nosotros hablando de mariconadas.

J.T.


Por un periodismo decente


No conozco oficio más insolidario que el periodismo. Es cainita, nada cómplice y ridículamente competitivo. Todo para acabar repartiéndose pura miseria, porque miseria es el trabajo que ofrecen, a día de hoy y en el mejor de los casos, a cualquiera que acepte formar parte de una redacción. ¿Cómo es posible que el oficio periodístico haya podido caer tan bajo? ¿O somos nosotros quienes hemos caído tan bajo, quienes, con tal de ganarnos la vida (es un decir) en este mundillo, con tal de formar parte de cualquier plantilla de mala muerte estamos dispuestos a tragar carros y carretas en medios que han hecho de la manipulación su bandera y de la mentira su santo y seña? 

Para pasearse por el dial de las radios a primera hora de la mañana hay que tener el corazón a prueba de sobresaltos. Si te acuestas tarde y has de madrugar, lo peor que puedes hacer al levantarte es poner la radio. Las emisoras están copadas por telepredicadores que dibujan un panorama tan espantoso y estresante que te dan ganas de volver a meterte en la cama con la manta hasta la cabeza. El uno insulta, el otro vocifera, el de más allá proporciona altavoz a la noticia más manipuladora con la que hayan abierto los periódicos del día, otro anuncia directamente el apocalipsis... ¡Socorrooo! 

Los que gritan son, por lo general, estrellas de la radio con salarios de jugador de fútbol puntero, a quienes rodean profesionales que se pasan la noche en vela por sueldos de verdadera miseria. 

En cuanto a los periódicos, veamos. ¿Es posible que leyéndolos consigamos estar bien informados? Para lograrlo, antes solía ser suficiente con ver cómo abordaban una noticia dos periódicos de diferente sesgo. Pero ahora ya no hay sesgo en los kioskos. Hay unanimidad completa y periodismo "de carril". Ya no se "levantan" temas de impacto, no se investigan asuntos que nos ayuden a todos a construir una sociedad mejor y a denunciar a los que torpedean esas aspiraciones. Ahora las energías se destinan a buscar trapos sucios que permitan hacerle agachar la cabeza a cualquier recién llegado que se atreva a proponer públicamente distintas maneras de hacer las cosas. 

Trabajar en un medio de comunicación es hoy una verdadera heroicidad. Al sueldo de miseria y a los horarios de juzgado de guardia hay que añadir un bochorno añadido: comprobar a diario cómo la línea del periódico, la radio o la televisión para la que trabajas, los temas por los que apuestan y deciden llevar a primera página suelen ser, por lo general, atentados mortales al periodismo en el que tú siempre creíste. 

¿Qué hacer cuando formas parte de una redacción cuyo staff ha decidido descaradamente hacer de todo con el periódico menos periodismo? ¿Te rebelas? ¿Manifiestas abiertamente tu disconformidad? ¿O sencillamente aplicas mentalidad práctica, te resignas y hasta colaboras si entiendes que no te queda otro remedio? ¿Qué hacer cuando trabajas en una televisión pública y compruebas cómo los puestos de responsabilidad están ocupados por comisarios políticos que elaboran las escaletas tras despachar directamente con Moncloa o con el consejero de turno en el gobierno autonómico correspondiente? 

Hay muchas opciones, pero la triste puesta en escena de los trabajadores de Canal Nou lamentando haber hecho un periodismo manipulador y denunciando las presiones a las que estuvieron sometidos durante años.... una vez que se había decretado el cierre de la cadena, sirvieron de aviso a caminantes para tantos otros como se encuentran en la misma situación en tantas televisiones, radios y periódicos de España. El periodismo en nuestro país tiene una asignatura pendiente que cada día que pasa se hace más urgente aprobar: hay que rescatar la esencia del oficio, pelear por ella y denunciar a quienes no manifiestan ningún interés por respetar la obligación que tenemos de ser honestos a la hora de informar. 

Los periódicos y los informativos de radio y televisión salen adelante gracias a los periodistas. Gracias a esos mismos periodistas entre los que hay quien siente vergüenza cuando comprueba la manera tan desprejuiciada y torticera con la que acaba llegando al lector, el radioyente o el espectador el resultado de su trabajo. Cada día que pasa estoy más convencido que la excusa para aguantar todo esto no puede ser que de algo hay que comer. Es cierto que todos trabajamos en lo que podemos y muy pocos en lo que queremos. Probablemente no sea nada fácil conseguir trabajar en lo que queremos, pero tiene que haber un límite. Debe ser posible no prestarnos a realizar trabajos que no nos sintamos en condiciones de defender. 

¿Soluciones? El primer paso, no prestar tu nombre ni tu firma a un trabajo profesional con el que no estés de acuerdo. El siguiente paso habría que planteárselo cuando los jefes o los dueños de los medios se pasan de la raya. Tiene que haber líneas rojas en las que al profesional del periodismo le tiene que asistir el derecho a no prestarse al juego de sus jefes y a sentirse protegido si decide actuar así. A ver, sindicatos, asociaciones de la prensa, ¿vais a decidiros a espabilar de una vez? ¿vais a continuar pertrechados en el mundo de las prebendas? ¿vais a continuar empeñados en invocar la coartada de ese corporativismo mal entendido que se suele resumir con la frase "perro no come perro"?

Me consta la vergüenza de muchos trabajadores de ABC, La Razón, ahora también de El País, o de Televisión Española, Canal Sur y demás televisiones autonómicas. Muchos se marchan cada tarde a su casa abochornados por formar parte de medios que han hecho de la manipulación y la mentira su manera habitual de funcionar. Esto tiene que ser denunciable. Esto se tiene que acabar. 

Ha llegado el momento en que los profesionales debemos preguntarnos si nuestro silencio y nuestro, a mi juicio mal gestionado instinto de supervivencia, son actitudes con las que no estamos tirando directamente a la basura nuestro propio futuro. Si no sabemos defender la decencia en nuestro oficio, no podremos quejarnos cuando los indecentes, después de humillarnos cuanto les haya dado la gana, decidan propinarnos una patada en el culo el día que les convenga. En ese momento no será ya el tiempo de llorar. 

Vivir con miedo es la mejor manera de acabar pagando las consecuencias de tenerlo. Solo quienes plantan cara acaban encontrando caminos que parecían no existir. Los periodistas de a pie, los del trabajo en la sombra, los que permitimos que los medios funcionen, tenemos que decidir si queremos dejarnos sujetar, con los resultados que vemos a diario, o debemos ponernos manos a la obra para conseguir corregir una situación viciada, y que de tan intolerable, resulta directamente pornográfica.

J.T.

jueves, 5 de febrero de 2015

Las presiones del PP a Cuatro y La Sexta


Llevamos tres años largos llamándoles mentirosos y puede que lo que ocurra sea, sencillamente, que estén ciegos. Los pobres. Pero ciegos de soberbia, porque como todos los que andan por la vida encantados de haberse conocido, los peperos parecen víctimas del síndrome de la madrastra de Blancanieves.

La ceguera de los poderosos tiene mucho peligro, porque éstos no suelen soportar lo que les cuenta el espejo mágico, no dan crédito a insolentes sondeos que hablan del imparable ascenso del Coletas y su banda, esos “impresentables” a los que primero ningunearon y despreciaron, luego insultaron y vituperaron sin éxito pero no consiguieron tumbarlos porque ninguna táctica les funcionó. Así que ahora que llega la hora de la verdad, hay que acabar con ellos sin contemplaciones. Como sea. La guerra es la guerra y hay que dejarse de mariconadas, que no hay tiempo que perder.

¿Quién tiene la culpa de que haya crecido ese monstruo llamado Podemos –se preguntan airados y desconcertados en los cuarteles generales del PP? ¿nosotros? Por supuesto que no. La culpa la tienen las televisiones, que no hacen más que darle cancha a diario a esos cuatro perroflautas que se revuelven como gatos panza arriba en las tertulias y le comen el coco al personal con frases hechas, demagogias baratas y doctrinas trasnochadas. Un peligro con el que hay que acabar.

Pocos días antes de su muerte, el editor José Manuel Lara, dueño de Antena Tres y la Sexta, recibió un recado directo de Esperanza Aguirre en el plató de Susana Griso: yo no entiendo –soltó la descarada lideresa- cómo en esta empresa se le da tanta cancha a Podemos. Y, como ocurre siempre que larga una de sus andanadas, esta vez tampoco se le cayó la cara de vergüenza. Que pregunten en Telemadrid cómo se suele gastar esta señora.

La gente de Cospedal tomó hace pocos meses al asalto Televisión Española porque según los estudios de Arriola las huestes de Echenique y Somoano no estaban manipulando los cerebros del personal con la suficiente pericia. Ahora les estorba hasta la representante en la UER (Unión Europea de Radiodifusión), a quien han purgado por no ser suficientemente afecta (perteneció al equipo directivo de Fran Llorente) a pesar de que la expulsada detentaba la presidencia del comité de noticias de la institución, un cargo para el que la votaron 73 miembros internacionales. Pues nada, prefieren quedarse sin representante a mantener en el cargo a una “sospechosa”. Ni un cabo suelto en el campo de batalla.

Desde que Soraya le cortó la cabeza a Pedrojota y consiguió el cambio de dirección en el País y la Vanguardia, la omnipotente vicepresidenta del gobierno respira mejor y se mueve más a sus anchas en las dependencias de su despacho monclovita. La Razón y el ABC, siempre incondicionales, le comen en la mano y cumplen a la perfección su papel de mamporreros haciéndole a diario el trabajo sucio. Como la Cope, como Onda Cero, como también la Ser, menos guerrera cada día que pasa… 

Pero todo esto no les parece suficiente a las tres madrastras de Blancanieves. Quieren más. Esperanza, Cospedal y Soraya quieren que se acabe de una vez el cachondeo en Cuatro y la Sexta y dejen de darles cancha al Coletas y su banda. Ya está bien. No, espejito mágico, no puede ser que se nos ponga a parir en las televisiones por la cara y que eso no solo les salga gratis sino que pueda acabar perjudicándonos a nosotros. Ni en broma.

Así que buscando-buscando la manera de neutralizar la presencia de Podemos en las escasas televisiones que les dan bola, el siniestro trío de la benzina parece que ha encontrado la piedra filosofal: Veamos, amigos ejecutivos de Mediaset (empresa de Cuatro y Telecinco) y de Atresmedia (empresa de la Sexta y Antena 3): vosotros sabéis que al eliminar la publicidad en Televisión Española, salisteis muy beneficiados en vuestras cuentas de resultados. Vamos, que os lo estáis llevando crudo por la cara a costa de que, para manipular a gusto en la pública, nosotros tengamos que poner más pasta de la que sería necesaria.

¿Verdad que entendéis que eso es un favor que nos debéis? ¿verdad que os acojonaríais si volviéramos a abrir el grifo de la publicidad en Televisión Española? Pero no os preocupéis. Todo tiene arreglo, vosotros le vais cortando las alas a los proetarras esos de Podemos y nosotros sabremos ser generosos.

Paz por manipulación. Sin anestesia.

Esa es la jugada para cortar la sangría de votos que les indican las encuestas. Una jugada que el psoe censuraría con la boca chica y que conseguiría acabar de una vez con tanto coñazo bolivariano como el que venimos aguantando en los últimos meses. Que una cosa es jugar a hacer programas de televisión de contenido político a mitad de la legislatura y dejarle una silla en los debates a algún matao que otro, y otra muy distinta es que nos toquen las narices en pleno año electoral poniendo en riesgo nuestro bien amado y mejor armado chiringuito. Hasta ahí podíamos llegar.

J.T.

martes, 3 de febrero de 2015

Esto no es periodismo. Esto es una vergüenza

Me produce infinito bochorno que gentes que dicen ser de mi oficio sean capaces de urdir informaciones torticeras con portadas tan atroces como ésta

No os quiero contar la enorme vergüenza que me produce que diarios como El País sean capaces de sacar a primera una información insuficientemente contrastada como la del currículum de Monedero que, pocos días después, obliga a la "defensora" de los lectores de ese periódico a reconocer su falsedad


Y ni que decir tiene que portadas como la de "La Razón" del 27 de enero me producen pena y preocupación por la deriva del oficio periodístico y la cada vez mayor dificultad con la que nos encontramos los profesionales de la información para hacernos respetar


En "Dios mío, pero ¿qué te hemos hecho?", de Philippe Chauveron, la película que en 2014 consiguió en Francia el mayor éxito de taquilla, un joven de raza negra es perseguido y espiado por la desconfiada y racista familia de la mujer (de raza blanca) con la que va a casarse. Un buen día, ¡bingo! consiguen "cazarlo" paseando arrobado con otra joven a la que sonríe y abraza sin disimulo. Incluso llegan a fotografiarlos entrando juntos a un hotel. 

- Es su hermana, idiotas, que ha venido de visita, les suelta la novia a los avispados paparazzi, sus cuñados, cuando estos le enseñan orgullosos las pruebas del "delito" con el que pretendían torpedear la boda. 

No puedo evitar asociar esta escena con el ridículo que casi a diario hacen muchos periódicos en nuestro país cuando se ponen a buscar como locos por dónde puñetas meterle mano a los "chicos de Podemos" y no acaban de conseguirlo. Chasco tras chasco, los sabuesos que andan hurgando por hemerotecas y registros en busca de muertos en los armarios de esos osados profesores universitarios que el pasado sábado llenaron la Puerta del Sol de ciudadanos que quieren un cambio, van quedando más en evidencia cada día que pasa y, como los cuñados del joven negro de la película, no hay día que no acaben con el rabo entre las piernas.

Aún así, inasequibles al desaliento, magnifican asuntos que en cualquier otro caso apenas pasarían del carácter de anécdota y se columpian una vez tras otra. No desfallecen, hay que desacreditar a esos bolivarianos sea como sea, esos proetarras no pueden llegar vivos a tantas elecciones como tenemos en el horizonte, y si para ello hay que disparar con la artillería más pesada posible, se hace y punto. Así que a magnificar, a repetir, repetir, mentir, mentir... que algo quedará.

Que ABC o La Razón usen esta técnica a muerte me produce bochorno, como decía antes, pero al fin y al cabo es algo que va en su ADN. Los pobres no lo pueden evitar. Pero que periódicos como El País entren también en ese juego y compitan, además, llevando incluso a portada noticias que son directamente mentira, como el intento de desacreditar el currículum del doctor Monedero, me produce directamente vergüenza infinita. 

"El afán investigador es básico en el periodismo, pero debe apoyarse en la prudencia a la hora de dar por ciertos los hallazgos, y valorarlos sobre esa base. Cuando no se aplica este criterio, pueden producirse errores como los que presentaba la noticia que publicó este diario el miércoles 28 de enero sobre Juan Carlos Monedero" se vio obligada a reconocer en "El País" Lola Galán, Defensora del Lector, en su edición del domingo 1 de febrero.

"¿Qué puso a El País -se pregunta Galán- sobre la pista de las hipotéticas falsedades del currículo del número tres de Podemos? Olaya lo explica así: “Quien exagera una vez, puede hacerlo dos o más. Cuando se conoció que Monedero no había trabajado para el BCE, como afirmaba en su currículo, sino que había elaborado un informe de 80 páginas, a medias con otro especialista, pensé que podía haber maquillado su vida docente en más ocasiones. Comenzamos así a llamar a los lugares donde supuestamente había sido profesor invitado..." 

Sin comentarios

La metedura de gamba de El País fue tan descomunal que Galán no tuvo más remedio que concluir así su alegato: "Para cuestionar el currículo del número tres de Podemos habría que haberse apoyado en algo más sólido que la memoria de un profesor de 75 años o los datos de una empleada del departamento de pagos de una universidad, dada la complejidad del entramado de relaciones docentes entre los centros. En estas circunstancias, llevar el tema a portada era muy arriesgado. La única forma de atenuar el error hubiera sido publicar adecuadamente la puntualización y la carta de la Universidad de Puebla. Lamentablemente, no se hizo"

Ni se hizo ni se pidió perdón, pero el daño ya estaba hecho y la contribución a la desaforada ceremonia de la confusión con la que nos desayunamos cada mañana se había consumado, por mucho golpe de pecho que Galán se infligiera cuatro días después.

Mientras ellos continúen con sus zafiedades, hay que continuar con las denuncias. Mil veces si es necesario. A base de repetir ellos mentiras, no pueden conseguir que nos cansemos y los demos por imposible. Hay que estar al pie del cañón para denunciar tanta caradura, amoralidad y desvergüenza cuantas veces sea necesario.

Yo no me pienso acostumbrar a esas primeras páginas de escarnio y oprobio porque soy de los que creen firmemente en que el buen periodismo tiene salvación y futuro. No, no nos vamos a relajar, no nos vamos a acostumbrar a las frikadas, manipulaciones y propagandas baratas. No vamos a dejar de poner de manifiesto la gravedad que tiene usar un medio de información como descarado vehículo de propaganda. No vamos a dejar de darle importancia a todo esto porque la tiene, y mucha. 

¿Es que no hay en las redacciones alguien que pueda parar tanta insensatez? ¿Tan irremisiblemente colonizados estamos? ¿Tan acojonados tienen a tanto buen profesional como, me consta, hay en esos periódicos cuyas primeras páginas parecen últimamente manuales de despropósitos? Yo hago aquí votos por la defensa de una información honesta, creíble, contrastada, veraz y con datos. Reclamo y exijo que la información libre y plural siga existiendo en los kioskos. Reivindico con todas mis fuerzas la decencia en el periodismo. Esto no puede seguir así ni un día más.

J.T.